El Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania ha anunciado una significativa contribución de EUR 600.000 (CHF 560.000) al Fondo para la Aplicación de las Normas de Comercio y el Fomento del Comercio (FANFC), con el objetivo de apoyar a las economías en desarrollo y los países menos adelantados (PMA) en su cumplimiento de las normas internacionales de inocuidad alimentaria y sanidad animal y vegetal. Esta financiación, que forma parte de un acuerdo preestablecido con el BMZ para el período 2021-2027, busca mejorar el acceso de estos países a los mercados globales y regionales.
El nuevo aporte se centrará en la implementación de la Estrategia STDF 2025-2030, que tiene como objetivo fortalecer la capacidad sanitaria y fitosanitaria (SPS) de los países en desarrollo y promover el comercio seguro. Además, la iniciativa se enfocará en abordar los nuevos desafíos y oportunidades en el ámbito de la sanidad y fitosanidad, tomando en cuenta aspectos intersectoriales como el género y el medio ambiente.
La directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, expresó su agradecimiento a Alemania por su apoyo continuo, destacando la relevancia del STDF en el contexto global actual marcado por el cambio climático, la incertidumbre económica y los avances tecnológicos. Okonjo-Iweala enfatizó la importancia de los sistemas de SPS robustos y la gestión adecuada de los riesgos de MSF como elementos esenciales para el bienestar global y el desarrollo económico de los países.
Por su parte, la Dra. Ariane Hildebrandt, Directora General de BMZ, destacó que la nueva financiación fortalecerá la capacidad de los sistemas agrícolas y alimentarios frente a retos como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Resaltó que esta colaboración no solo contribuirá a la seguridad alimentaria, sino también a la creación de empleos, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza en las naciones socias.
La contribución alemana representa un paso para mejorar la resiliencia y sostenibilidad de los sistemas agrícolas de los países en desarrollo, garantizando su integración en las cadenas de valor globales y fomentando un comercio agrícola estable y resistente a las crisis globales.
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