El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) han fortalecido su colaboración con la firma de un memorándum de entendimiento que impulsará proyectos conjuntos en diversas áreas clave para la agricultura. Este acuerdo busca aplicar tecnologías nucleares a la agricultura para mejorar la seguridad alimentaria, el manejo sostenible de agua y suelos, el control de plagas y enfermedades, y la sanidad animal.
El Director General del OIEA, Rafael Grossi, recibió al Director General del IICA, Manuel Otero, en la sede de la organización en Viena, donde ambos firmaron el acuerdo que dará lugar a nuevas iniciativas, incluyendo un proyecto específico para el control del gusano barrenador del ganado, una plaga que está afectando gravemente la producción de carne y leche en América Latina y el Caribe.
Grossi y Otero subrayaron la importancia de esta colaboración, que incluye a organismos internacionales, autoridades nacionales y el sector privado, como una estrategia integral para abordar los desafíos de la seguridad alimentaria, un tema crítico en la agenda global actual.
“Este acuerdo marca un paso importante en la difusión de tecnologías nucleares que tienen un impacto positivo en la agricultura y en el bienestar de las comunidades rurales. Nuestra colaboración continuará creciendo y tenemos la esperanza de que será cada vez más efectiva”, expresó Grossi, quien ha liderado el OIEA desde 2019, destacando los avances de la ciencia nuclear en la mejora de la producción agrícola.
El combate al gusano barrenador del ganado es un ejemplo claro del uso de técnicas innovadoras para enfrentar amenazas a la producción ganadera. A lo largo de más de 50 años, el OIEA ha aplicado con éxito la ciencia nuclear en la lucha contra plagas y enfermedades, utilizando métodos como la Técnica del Insecto Estéril (TIE), que implica la esterilización de insectos a través de radiación. Esta técnica ha demostrado ser eficaz en el control de plagas de manera sostenible, sin efectos adversos para el medio ambiente.
Asimismo, la colaboración entre el OIEA y el IICA ha sido fundamental para enfrentar otras amenazas a la seguridad alimentaria, como el hongo Fusarium raza 4 tropical (R4T), que afecta los cultivos de banano a nivel mundial. A través de capacitaciones y el uso de tecnologías nucleares, se ha fortalecido la capacidad de científicos de América Latina para detectar y controlar este hongo, protegiendo así a millones de agricultores y asegurando el suministro de alimentos esenciales.
Otero, por su parte, destacó la creciente relevancia de la ciencia y tecnología nuclear para combatir plagas y enfermedades que, a pesar de haberse considerado superadas, han resurgido como consecuencia del cambio climático. “La cooperación en el uso de tecnologías nucleares es esencial para enfrentar los nuevos desafíos en la agricultura y asegurar la sostenibilidad de los sistemas productivos, especialmente ante el cambio climático que genera condiciones más favorables para la reaparición de estas amenazas”, afirmó Otero.