Con el inicio de las lluvias, la esperanza de una buena cosecha de arroz para el 2025 comienza a cobrar fuerza en Ecuador. Javier Ronquillo, presidente de la Corporación Nacional de Organizaciones de Productores Arroceros (Corpnoarroz), y miembro de Clúster arrocero, compartió con nuestro medio las perspectivas del sector, destacando tanto los avances como los desafíos que enfrentan los agricultores ecuatorianos para este año.
Ronquillo explicó que, aunque el 2024 estuvo marcado por varios contratiempos, especialmente debido a problemas con el suministro de energía eléctrica que afectaron la siembra en algunas zonas del país, el panorama para el 2025 es más alentador. “Las siembras comenzaron en diciembre y enero, y aunque hemos tenido algunas inundaciones por la creciente de los ríos, seguimos trabajando para lograr una buena cosecha entre abril y mayo”, afirmó.
Se espera que las siembras de arroz para este ciclo cubran entre 90.000 y 110.000 hectáreas, principalmente en las provincias de Los Ríos, Guaya, Manabí y Esmeraldas. Con estos cultivos, se calcula que la cosecha de arroz de invierno podrá abastecer el mercado ecuatoriano durante los primeros seis meses del año. De mantenerse la producción según lo previsto, este volumen de arroz será suficiente para cubrir el consumo hasta el mes de agosto, con un rendimiento promedio de 50 toneladas por hectárea.
En cuanto a las perspectivas de exportación, Ronquillo destacó que Ecuador está buscando mercados en Centroamérica, Estados Unidos y otras regiones. “Hemos enviado muestras de arroz diferenciado a varios destinos internacionales, y estamos enfocados en reducir los costos de producción y mejorar la calidad del grano para competir en mercados globales”, señaló.
Una de las innovaciones implementadas por los productores ecuatorianos es el uso de microorganismos y bacterias en el suelo para mejorar la productividad y reducir la carga química en los cultivos. Esta técnica también contribuye a disminuir los gases de efecto invernadero, un paso clave hacia la sostenibilidad del sector, afirmó el productor.
Por otro lado, Ronquillo mencionó que cada vez más agricultores están adoptando el uso de semillas certificadas. “Recientemente graduamos a 16 semilleristas, lo que ayudará a aumentar la oferta de semilla de calidad y, por ende, a reducir los costos de producción”, explicó. Sin embargo, destacó que la falta de competencia en el mercado de semillas sigue siendo un desafío que encarece la producción.
Respecto a los costos de producción, Ronquillo señaló que, aunque las nuevas tecnologías, como el uso de drones para fumigación y maquinaria moderna, han reducido los costos, los pequeños agricultores siguen enfrentando dificultades debido a la inversión necesaria. “El costo de producción en promedio está alrededor de los 1.800 dólares por hectárea, pero varía dependiendo de la cantidad de inversión que se haga en la siembra”, explicó.
En términos de precios, el arroz cáscara está siendo comercializado aproximadamente en 40 dólares por tonelada para el grano largo de calidad, y entre 33 y 34 dólares para el grano corto. Sin embargo, las variaciones en la calidad del arroz, especialmente debido a las inundaciones en algunas áreas, pueden afectar estos precios, dijo.
El 2025 se perfila como un año crucial para el sector arrocero ecuatoriano, que, a pesar de los retos, sigue trabajando por garantizar la seguridad alimentaria del país y abrir nuevas oportunidades de mercado. Con esfuerzos conjuntos en innovación, mejora de la calidad y sostenibilidad, los productores esperamos superar los obstáculos y mantener la competitividad del arroz ecuatoriano tanto a nivel nacional como internacional, anoto.
¿Cómo cree usted que podría ser más competitivo el sector arrocero de Ecuador? escríbalo en los comentarios
