La calidad del agua tiene un impacto directo en el comportamiento de los peces, afectando a su crecimiento y bienestar. Esta es la principal conclusión de una revisión científica publicada en Reviews in Aquaculture, en la que se enfatiza en la importancia de asegurar parámetros de calidad de agua adecuados para garantizar una producción acuícola eficiente y sostenible.
“Con este estudio hemos podido determinar de forma exhaustiva cómo responden los peces a las principales fuentes que provocan cambios en la calidad del agua y constatar hasta qué punto no sólo se altera el comportamiento sino también cómo esos cambios influyen en el bienestar de los peces”, explica João Saraiva, líder do Fish Etho Goup y coautor de la investigación.
Los resultados del estudio resaltan la necesidad de implementar prácticas que aseguren buenas condiciones ambientales para los peces, no sólo para su salud y bienestar, sino también para maximizar la eficiencia de la producción.
En dicha revisión se analiza una amplia variedad de parámetros de calidad de agua que afectan la producción piscícola en condiciones reales, donde se incluyen parámetros físicos, como la temperatura y la turbidez; químicos, como el oxígeno disuelto, la salinidad, el pH y el nitrógeno inorgánico; y también contaminantes químicos, como los microplásticos e hidrocarburos, “cuya relevancia ha aumentado en las últimas décadas y pueden afectar a las producciones en mar abierto”.
Los resultados a los que han llegado los responsables de este estudio demuestran que las variaciones en estos parámetros de calidad del agua afectan no sólo a la fisiología, el metabolismo, los tejidos y los órganos de los peces, sino que también interfieren en su percepción sensorial, condicionando conductas fundamentales como la natación, la formación de cardúmenes, la alimentación, la defensa ante depredadores, la agresividad o el apareamiento, así como a las conductas adaptativas y relacionadas con el estrés como la exploración, la respuesta de huida y la ansiedad. De esta forma, añade João Saraiva, “se ha podido elaborar un catálogo muy completo de indicadores de comportamiento que permite identificar problemas en la calidad del agua, complementando a la propia medición de estos parámetros”.
Con esta revisión, explican los autores, se busca proporcionar una base potente para futuras investigaciones relacionadas con la calidad del agua, fomentando entornos propicios tanto para el bienestar de los peces como para la productividad de la acuicultura.
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