En el marco del fortalecimiento de la producción y el consumo sostenibles, Ecuador avanza firmemente en la implementación del ecoetiquetado Tipo 1, una herramienta clave para garantizar la transparencia ambiental de los productos en el mercado nacional e internacional.
Este proceso se enmarca en el proyecto Eco Advance, impulsado por la Cooperación Técnica Alemana (GIZ), en colaboración con la Corporación Ecuatoriana para la Responsabilidad Social & Sostenibilidad (CERES), organización que lidera el acompañamiento técnico para el diseño y operación del sistema de ecoetiquetado en el país.
A través de mesas de diálogo con actores como el Instituto Ecuatoriano de Normalización (INEN), el Servicio de Acreditación Ecuatoriano (SAE), el sector privado, y los ministerios de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca (MPCEIP) y de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), se ha logrado construir un marco sólido para el desarrollo de este mecanismo.
El pasado 3 de abril, como parte de este proceso, se presentó el primer curso nacional sobre ecoetiquetado Tipo 1, desarrollado por CERES en colaboración con la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Este curso tiene como objetivo fortalecer las capacidades técnicas de los sectores público y privado involucrados en el sistema.
El ecoetiquetado Tipo 1 no solo mejora la comunicación entre productores y consumidores, sino que también se posiciona como una herramienta esencial para prevenir el greenwashing o “lavado verde”, práctica en la que se hacen afirmaciones ambientales sin respaldo real. En mercados como la Unión Europea, las regulaciones ambientales son cada vez más estrictas, lo que convierte al ecoetiquetado en un requisito crucial para los exportadores ecuatorianos que buscan cumplir con los estándares internacionales.
En América Latina, esta iniciativa representa una oportunidad para diferenciar los productos ambientalmente responsables, e incluso integrarse en procesos de compra pública sostenible, priorizando bienes y servicios con impactos positivos sobre el ambiente.
Entre los principales beneficios del ecoetiquetado Tipo 1 destacan:
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Impulso a la producción sostenible, mejorando la competitividad de las empresas.
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Confianza del consumidor, al ofrecer información clara sobre el desempeño ambiental de los productos.
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Facilitación del acceso a mercados internacionales, donde la certificación ambiental es un requerimiento creciente.
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Reducción del impacto ambiental, mediante prácticas de producción más responsables.
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Fomento de la economía verde, alineando a la industria nacional con las tendencias globales de sostenibilidad.
Andrés Sarzosa, Especialista de Sostenibilidad de CERES, destacó:
“El ecoetiquetado es una herramienta vital para fomentar un consumo responsable, mejorar la competitividad de nuestras empresas y contribuir a la sostenibilidad de nuestro entorno. En CERES, creemos firmemente que este es el camino hacia un futuro donde el desarrollo económico y la responsabilidad ambiental vayan de la mano, asegurando un legado positivo para las futuras generaciones.”
Con estas acciones, Ecuador se encamina hacia un modelo de desarrollo más responsable y alineado con los compromisos ambientales globales, sentando las bases para una economía más verde, inclusiva y sostenible.