El Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), con el respaldo financiero del Fondo de Investigación para la Agrobiodiversidad, Semilla y Agricultura Sustentable (FIASA), ha desarrollado dos líneas promisorias de arroz que prometen revolucionar la producción arrocera en el Ecuador. Estas nuevas variedades, que actualmente se encuentran en proceso de multiplicación de semilla genética, serán oficialmente inscritas ante el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a finales del 2025 y estarán disponibles para los productores durante el primer semestre del 2026.
Según técnicos del Programa de Arroz de INIAP, los nuevos cultivares han sido desarrollados como parte de un proyecto financiado por FIASA. Destacan por sus notables características agronómicas y de calidad molinera, lo que los convierte en una herramienta clave para fomentar una agricultura más eficiente, rentable y sostenible en las principales zonas arroceras del país.
Entre las principales ventajas de estas nuevas líneas de arroz se encuentran:
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Alto rendimiento en campo y excelente calidad del grano.
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Tolerancia a plagas y enfermedades comunes del cultivo.
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Adaptabilidad a diversas condiciones agroclimáticas del país.
Además, los nuevos materiales han sido evaluados mediante pruebas organolépticas que han permitido constatar su calidad en cuanto a color, aroma, sabor y textura, reafirmando su potencial tanto en el campo como en la cocina ecuatoriana.
El ministro de Agricultura, Danilo Palacios, señaló que el gobierno mantiene su compromiso de fortalecer a FIASA como política pública y herramienta financiera que garantice los recursos necesarios para la investigación agropecuaria. “Apoyar la innovación en el agro es clave para enfrentar los desafíos del sector y transformar la realidad de nuestros productores”, aseguró.
Por su parte, el director ejecutivo del INIAP, Dr. Raúl Jaramillo, enfatizó la relevancia de fortalecer la investigación en arroz, por tratarse de un alimento esencial en la dieta de los ecuatorianos. “Estas nuevas variedades no solo mejoran la producción y calidad del grano, sino que impulsan la seguridad alimentaria y el desarrollo económico del país”, concluyó.