El Ministerio de Agricultura, en conjunto con productores e industriales, ha alcanzado un acuerdo sobre el precio del maíz amarillo duro para el año 2025. El ministro de Agricultura, Danilo Palacios, informó que el precio mínimo de sustentación del quintal de maíz se fijó en $17,35, aplicable a maíz con un 13% de humedad y 1% de impurezas.
Palacios explicó que tras una extensa reunión de cuatro horas, se decidió crear un nuevo esquema de precios para el maíz, en el cual se establece una banda de precios. El precio mínimo será $17,35, mientras que el precio techo se fijó en $19,50. Este enfoque busca equilibrar los intereses de todos los actores involucrados, desde los productores hasta los consumidores, teniendo en cuenta la soberanía alimentaria del país y la capacidad de absorción de los mercados.
El ministro detalló que el gobierno tomará medidas para asegurar que se cumpla esta banda de precios. “Si el precio baja de los $17,35, el gobierno intervendrá para garantizar el precio mínimo mediante la creación de una reserva estratégica, comprando maíz para mantener el precio. Si el precio sube por encima de los $19,50, convocaremos a una mesa consultiva para analizar la necesidad de autorizar importaciones”, explicó Palacios.
Sin embargo, la medida no fue bien recibida por los productores tecnificados, quienes habían solicitado un precio de $18 y techo de 20 por quintal. Este grupo, que no tuvo derecho a voto en la decisión final, considera que la fijación del precio no refleja adecuadamente los costos de producción y las condiciones de su sector.
Productores señalaron que de los cuatro productores que representan al sector en las decisiones, uno solo tiene una hectárea de maíz, otro cuatro y otro dos, lo que genera cuestionamientos sobre su capacidad para fijar el precio adecuado sin conocer los costos reales de producción y que han decidido 13 años por el sector, añadieron.
Además, algunos productores critican que estos representantes no utilizan semilla certificada ni cuentan con costos de producción actualizados, lo que pone en duda su capacidad para tomar decisiones claves para la producción nacional.
La creación de esta banda de precios busca garantizar tanto la estabilidad del mercado como la competitividad de los productores nacionales en el contexto de la producción de maíz, y se espera que contribuya a mantener la sostenibilidad de la cadena productiva, beneficiando tanto a los productores como a los consumidores.