Las mujeres rurales de América Latina y el Caribe siguen enfrentando barreras estructurales para acceder a tierra, recursos productivos y espacios de decisión, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La entidad hace un llamado a transformar los sistemas agroalimentarios con un enfoque de género que permita cerrar brechas históricas.
El informe titulado “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios: Un enfoque regional para América Latina y el Caribe” actualiza los hallazgos globales presentados por la FAO en 2023 e incorpora datos regionales sobre mujeres rurales, indígenas, afrodescendientes y jóvenes.
Participación creciente, pero con desigualdades
De acuerdo con el reporte, las mujeres representan el 36?% de la fuerza laboral en los sistemas agroalimentarios de la región. Sin embargo, el 71?% se concentra en sectores no agrícolas como el procesamiento, la comercialización y las ventas, donde predominan empleos informales, mal remunerados y de menor protección social.
En una muestra de 14 países, las mujeres ocupan el 55?% de los empleos en manufactura de alimentos y el 52?% en comercio, pero su presencia en actividades más rentables, como el transporte, es apenas del 9?%.
Además, el informe revela que las mujeres tienen menos acceso que los hombres a tierra, agua, financiamiento, servicios de extensión y tecnologías. También enfrentan una alta carga de trabajo doméstico no remunerado, lo cual limita sus oportunidades de empleo, formación y participación.
Brechas alimentarias y políticas insuficientes
La FAO advierte que la inseguridad alimentaria afecta en mayor medida a las mujeres. En 2022, la brecha entre hombres y mujeres con hambre moderada o grave fue de 9,1 puntos porcentuales, manteniéndose tras un fuerte aumento en 2021 a raíz de la pandemia.
Pese a un aumento en la participación agrícola de las mujeres en las últimas dos décadas, este avance no ha implicado mejoras proporcionales en acceso a recursos ni en representación política.
Solo el 26?% de las políticas agrarias en la región incluyen explícitamente la igualdad de género como objetivo, y menos del 15?% abordan aspectos como normas sociales discriminatorias o el cambio climático. No obstante, la región lidera en la incorporación de enfoque de género en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) frente al cambio climático, lo que representa una oportunidad para articular políticas más inclusivas.
Llamado a una transformación con enfoque de género
Maya Takagi, líder de Programa Regional de la FAO, subrayó que es momento de avanzar con políticas públicas transformadoras:
“Necesitamos políticas que reconozcan el rol multifacético de las mujeres rurales en la producción, comercialización y cuidado, y que aseguren su acceso igualitario a servicios, recursos y espacios de participación.”
Entre las recomendaciones del informe se incluye:
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Reformas legales para garantizar la propiedad conjunta de la tierra.
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Diseño de políticas y programas con enfoque de género transformador.
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Mayor acceso a tecnología, capacitación y servicios financieros.
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Fortalecimiento de organizaciones de mujeres como herramienta de empoderamiento y resiliencia.