La presión de precios, los altos costos logísticos y la competencia de países con condiciones más favorables —como México y China— obligan a los exportadores peruanos a buscar eficiencia, adaptabilidad y nichos estratégicos para sostener su participación en mercados como Estados Unidos, Europa y Centroamérica.
Agroexportadora Sol de Olmos, una de las empresas que opera en este entorno, ha tenido que ajustar sus estrategias frente a un escenario volátil. En el caso de la palta, por ejemplo, los precios comenzaron altos esta temporada (USD 2,20/kg), pero cayeron rápidamente. “Estas últimas semanas han bajado considerablemente”, explicó su gerente comercial, Paulov Sifuentes Fernández, señalando que México adelantó su cosecha, generando una oferta abundante. Además del precio, el tiempo de tránsito juega en contra: “Nosotros tenemos que cosechar una palta que viaja 40 días promedio, es difícil competir con México, que puede cosechar hoy y vender mañana”.
El limón peruano, por su parte, encuentra ventaja en una ventana comercial específica: de noviembre a abril, cuando la producción en México y Colombia disminuye. Sin embargo, fuera de ese periodo, los precios se ajustan rápidamente a la baja. “Ahora el FOB ha bajado a ochenta centavos de dólar el kilo”, señaló Sifuentes, aunque destacó que “el limón peruano, por su calidad, está desplazando al limón mexicano y colombiano”.
En contraste, el ajo ha mostrado un comportamiento más favorable. El cultivo del ajo chino blanco —una variedad más rentable y versátil para la industria— ha ganado terreno. “Este ajo está diseñado para toda la industria del ajo, a diferencia de las otras variedades que tenemos en Perú que no sirven para la industria”, sostuvo. A esto se suma un contexto internacional beneficioso: “Estados Unidos subió a 55% los aranceles para China, y eso ha hecho que empiece a buscar más proveedores. En consecuencia, el precio del ajo ha llegado a USD 4,50/kg”.
No ocurre lo mismo con la paprika, donde la competencia con China —que produce a gran escala y con costos extremadamente bajos— limita las posibilidades de crecimiento. “China produce 100.000 hectáreas, con un costo que nunca podríamos alcanzar”, indicó Sifuentes, destacando el impacto de subsidios y economías de escala.
Los retos logísticos también son relevantes. El alza en los costos de flete —de USD 3.800 a USD 6.500 por contenedor— y los retrasos frecuentes en el transporte complican la cadena de suministro. “A veces los contenedores los dejan abandonados en cualquier otro puerto, ha sido muy complicado”, afirmó.
Para mitigar estas dificultades, “Agroexportadora Sol de Olmos está en etapa de crecimiento y está haciendo inversiones en dos plantas de proceso más: una en Arequipa para empacar ajos y otra en Barranca, una fábrica con tecnología de punta para procesar ajos en ajos pelado y ajos en pasta”, concluyó Sifuentes.
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