Ante los recientes señalamientos de productores arroceros sobre una supuesta escasez de semilla certificada en el país, Adriana Banderas, directora ejecutiva de La Asociación Ecuatoriana de Productores, Importadores y Comercializadores de Semillas del Ecuador (ECUASEM), aseguró que sí existe oferta disponible de semilla certificada de arroz y que el verdadero problema está en la baja demanda por parte del agricultor, no en la oferta del sector formal.
“Las empresas sí tienen semilla certificada, lo que no hay es suficiente demanda”, afirmó Banderas. Aclaró que las semillas certificadas pasan por un proceso riguroso y están debidamente identificadas con un marbete emitido por el Ministerio de Agricultura, lo que garantiza su calidad genética y fitosanitaria.
Actualmente, solo entre el 12% y 17% del arroz sembrado en el país utiliza semilla certificada, una cifra que ha disminuido, cuando el Estado impulsaba programas como los kits agrícolas. ECUASEM, junto al INIAP y el Ministerio de Agricultura, está trabajando en campañas de capacitación y concienciación para que los productores comprendan los beneficios de sembrar con semilla certificada.
No es un tema solo de semilla, sino de manejo integral
Banderas enfatizó que usar semilla certificada no garantiza por sí solo altos rendimientos, sino que debe estar acompañado de un adecuado manejo técnico. “De nada sirve usar una buena semilla si no se controla bien el agua, si no se manejan las plagas o si se permite que aparezca el grano rojo. El agricultor debe ver la diferencia cuando hace un manejo integral”, indicó.
El rendimiento en arroz puede mejorar notablemente con semilla certificada, pero depende de varios factores: época de siembra (verano o invierno), prácticas agronómicas y uso responsable de insumos. Una semilla certificada bien manejada puede reducir los castigos en el precio de compra y mejorar la calidad del grano.
Impulso financiero: nace el programa “Semilla Segura”
Como parte de la estrategia para promover el uso de semillas certificadas, ECUASEM anunció el programa “Semilla Segura”, en alianza con BanEcuador y empresas semilleras como Agripac. Este programa permite al productor acceder a financiamiento con tasas de interés preferenciales, siempre que se comprometa a utilizar semilla certificada y reciba acompañamiento técnico durante todo el ciclo del cultivo.
“El agricultor ya no va solo al banco a pedir un crédito. Ahora, presenta su plan técnico, su proveedor se compromete a acompañarlo, y se le entrega un paquete integral. Es un crédito productivo con respaldo técnico y semilla legal”, explicó Banderas. El programa ya ha sido piloteado con éxito y se encuentra en su segunda etapa de implementación.
Primer Congreso Internacional del Arroz y parcelas demostrativas
Como parte del trabajo gremial por elevar la calidad y productividad del cultivo, ECUASEM organiza el Primer Congreso Internacional del Arroz, que incluirá parcelas demostrativas en campo. En ellas, los productores podrán observar en vivo el comportamiento de diferentes variedades de semilla certificada, tanto de empresas privadas como de nuevos materiales desarrollados por el INIAP.
“Queremos que en un solo lugar los agricultores vean lo que hoy se está ofreciendo en genética de arroz, cómo se comportan los materiales, y qué tecnologías existen para un buen manejo”, explicó la directiva.
Maíz y soya: semilla certificada sí, pero persisten desafíos
En el caso del maíz, ECUASEM registra un uso de semilla certificada cercano al 93%, aunque advierte sobre el problema de piratería de semillas, donde actores del mercado informal reutilizan bolsas oficiales para vender grano común tratado como semilla.
En soya, en cambio, el uso de semilla certificada ha disminuido. ECUASEM aún no cuenta con cifras precisas, pero sospechan que buena parte de la superficie sembrada podría estar usando materiales no registrados, algunos posiblemente transgénicos, lo cual representa un desafío regulatorio y fitosanitario para el país.
Desde ECUASEM se hace un llamado firme a los productores arroceros: sí hay semilla certificada en el país, disponible a través de empresas como Agripac, Farmagro, Interoc, Ecuaquímica y otras. Lo que se necesita ahora es que el agricultor se comprometa con un manejo técnico adecuado y aproveche los programas de apoyo existentes.
“No podemos seguir culpando a la semilla si el problema está en el manejo o en la falta de conocimiento. Estamos aquí para apoyar con tecnología, capacitación y financiamiento. La semilla certificada no es un gasto, es una inversión”, concluyó Banderas.
