En estos días, en varios sectores del cantón Zapotillo, está en auge el florecimiento de los guayacanes, lo que ha concitado el interés de ciudadanos lojanos, de otras provincias del país e inclusive del extranjero.
Se trata de un espectáculo que se da pocos días al año y que en los últimos tiempos se ha ido consolidando como una opción turística. Pero un aspecto que opaca al florecimiento es la contaminación en varios sitios que son visitados por turistas.
El ciclista y aventurero Rodrigo Muñoz León recorrió varios sectores donde es notoria la presencia del intenso amarillo del guayacán, y evidenció que muchas personas aún siguen arrojando basura. “En este florecimiento vemos que hubo muchos desechos que fueron derramados de a poco en las carreteras”, dice, por lo que exhorta a los visitantes a que tomen conciencia y eviten arrojar basura, ya que el bosque seco es un ecosistema bastante frágil. Invita a cuidar esta área y puntualiza que existen sitios apropiados para depositar los restos que ya no se usan.
Señala que la basura en el bosque seco representa un ‘impacto grandísimo para el medio ambiente’. Menciona, por ejemplo, que la basura trae insalubridad en el lugar donde se la arrojó; es peligroso para las especies de fauna, ya que pueden ingerirlas.