A partir del 1 de julio se dio por culminado el periodo en el que Ecopetrol realizaba un descuento en Gas Licuado de Petróleo (GLP) para las distribuidoras de cilindros de gas a nivel nacional. El precio aumentará 39%, razón por la cual el sector se encuentra preocupado frente a como esto afectará a los consumidores, que en su mayoría son del sector rural, ya que el costo para estos crecerá entre 14% y 16%.
Desde septiembre de 2021 se evidenció una caída en el consumo en consecuencia del alza del precio, paso de 2.082 toneladas en este mes a 1.876 toneladas para enero de 2022. De acuerdo con el presidente de Gasnova, Alejandro Martínez, el descuento fue muy efectivo y se trasladó a los usuarios, “la mayor prueba es que a partir de febrero, que ya regia el descuento, se paró la caída (en el consumo) y se estabilizó el mercado”, dijo Martínez al mostrar que en febrero el consumo volvió a 2.025 toneladas.
El director del Centro de Estudios De Investigaciones Rurales de la Universidad de La Salle, Jaime Rendón, señalo que como consecuencia de la eliminación de l subsidio “se va a seguir apalancando la inflación y aumentando el hambre en las zona rurales, estos incrementos van a conducir a una pérdida de bienestar de las familias en el campo”.
Frente a este escenario, el director de Agremgas, Felipe Gómez, señaló que es necesario que el Gobierno Nacional tome medidas urgentes y estructurales. La primera sería ampliar el piloto de subsidio de GLP a los consumidores, “es el único servicio que no tiene subsidio en todos los departamentos, la población que sería beneficiaria está identificada a través del Sisbén e implementarlo tendría un costo menor respecto a otros subsidios”.
Para Jaime Rendón, este sobrecosto que experimentará la población rural se podría compensar a través de un incremento en las transferencias monetarias que ya se hacen a los hogares más pobres, pero no contarían como cambios estructurales. “Los subsidios tienen que ser una medida coyuntural no estructural, una cosa que hay que hacer por obligación so pena de aumentar las condiciones de hambre, de salud y medioambientales que esto puede conllevar”, dado que la consecuencia directa de la disminución de consumo es reemplazar el gas por elementos como leña. Por ello, en los cambio estructurales que contempla está un sistema logístico que garantice el acceso a través de redes domiciliarias.