El Midagri estimó una caída de 4% en la producción de arroz para el segundo semestre del año, mientras que para la papa se manejan dos escenarios conforme se desarrolle el Fenómeno de El Niño. El sector adelantó un crecimiento de 6,5% en las intenciones de siembra para la campaña agrícola 2023/2024. En cambio, el especialista Marco Vinelli consideró que las siembras se podrían ver afectadas por el evento climático.
La situación del sector agrario no ha sido ideal en la última campaña de siembra, que fue de agosto de 2022 a julio de 2023. Es así que se afrontaron factores como los precios altos de los fertilizantes, sequías y, posteriormente excesos de lluvias con el ciclón Yaku y, en estos meses, el país enfrenta un Fenómeno del Niño Costero y está a la espera del fenómeno a nivel global.
Dentro de este contexto, de acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), la siembra de arroz llegó a 352.180 hectáreas entre agosto de 2022 y mayo de 2023. Esto representa una caída de 3,9% con el promedio de las últimas cinco campañas agrícolas previas.
Asimismo, para la papa, hasta mayo se sembraron 281.255 hectáreas, lo que significó una contracción de 7,7% versus las cinco últimas campañas. Y en la quinua, la cantidad de siembra alcanza las 57.406 hectáreas, siendo 13,8% menor al comparativo promedio de las últimas cinco campañas.
Esta menor siembra en el arroz, la papa y la quinua se debe, según Juan Carlos Moreyra, especialista de la Dirección de Estudios Económicos de la Dirección General de Políticas Agrarias del Midagri, a los efectos climáticos, afectando en especial a cultivos bajo secano -que se nutren solamente de las lluvias-, como sucedió con la papa y la quinua, productos cultivados en el sur del país.
Asimismo, las siembras del arroz se retrasaron hacia fines del 2022 como producto de la falta del recurso hídrico, pero esta situación mejoró hacia enero y febrero con el aumento de las lluvias.
Marco Vinelli, director de la Maestría en Administración en Agronegocios de Esan, añadió que la problemática de altos precios de fertilizantes, así como la conflictividad y protestas sociales de diciembre y enero, también han afectado en lo que es el rendimiento de las cosechas de estos productos.
Producción
Para este segundo semestre, la producción de estos tres cultivos disminuiría, aunque no se generarían desabastecimientos en los mercados, sostuvo Moreyra.
Junto con una menor siembra del arroz, la producción de este cultivo para el segundo semestre del 2023 disminuiría alrededor de un 4% frente al mismo periodo de 2023, señaló César Romero, especialista en Comercio Exterior de la Dirección de Políticas del Midagri.
Para la papa, explicó Julio Rospigliosi, especialista en investigación económica de la Dirección de Estudios Económicos e Información Agraria del Midagri, se tienen a la vista dos escenarios, en base a la previsión que tiene la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño, donde se espera que el evento climático tenga una magnitud débil a moderada.
En ese sentido, indicó que, de haber un Niño débil, la producción de papa aumentaría 10,1% en el segundo semestre comparado con el mismo periodo de 2022; pero de ser moderada la magnitud, los cultivos caerían 0,9%. Cabe mencionar que la principal producción de la papa se da en el primer semestre del año y en la segunda mitad se produce un 24% del total anual de este tubérculo.
En el caso de la quinua, también se espera una disminución en su producción hacia el segundo semestre, aunque este producto se recoge principalmente entre marzo y junio, precisa Moreyra. Además, la caída de la siembra también tiene un efecto estadístico, sostuvo Juan José Becerra, también especialista de la Dirección de Estudios Económicos del Midagri.
Por su parte, Vinelli consideró que la producción de la papa ya ha venido cayendo en el año alrededor de un 20%, y la quinua en un 10%.
¿Qué se puede esperar de los precios para esta segunda parte del año? De acuerdo con los especialistas del Midagri, el precio del arroz se mantendría estable, consideró Romero, lo que incentivaría a una mayor siembra de este producto; mientras que el precio de la papa disminuiría frente al 2022, indicó Rospigliosi, aunque consideró que se podría retrasar en parte este ritmo de moderación con el evento climatológico, dentro de un escenario negativo.
Siembra 23/24
Para la campaña agrícola 2023/2024, las intenciones de siembra en general aumentan en 6,5% frente a las cinco campañas previas, de acuerdo con la información de la Encuesta de Intención de Siembra que adelantó el sector a El Comercio.
“En esta encuesta [de intención de siembra] se muestra que las áreas sembradas para los 23 cultivos [que se priorizaron] se incrementarán en 6,5%, es decir, alrededor de 2.140.000 hectáreas para los cultivos transitorios”, precisó Moreyra.
El funcionario detalló que la intención de siembra de arroz en esta campaña aumentaría 3% y la de la papa bordearía el 1%. En cambio, la caída en intención de siembra de la quinua es de un 5%.
“Esto es para la campaña 2023/2024. Todavía hay que ver cómo se concibe el desarrollo del fenómeno climático. El Enfen mencionó que el Niño estaría entre débil y moderado. Un buen manejo de estos cultivos no necesariamente estaría impactando en la producción. En todo caso, podría ser bastante leve”, acotó Moreyra.
Asimismo, indicó que para el maíz amarillo duro, se incrementaron las intenciones de siembra para la actual campaña agrícola en un 23% frente al promedio de las últimas cinco campañas. Esto significa un aumento de casi 61.000 hectáreas, según el Midagri.
Sin embargo, de haber un Niño de mayor magnitud, también tendría un impacto fuerte en la producción de los cultivos, sostuvo.
Por su lado, Vinelli apuntó a que en este segundo semestre, la papa y la quinua, sembradas en las zonas altoandinas del país, afrontarían un contexto de sequías por el fenómeno climático.
“Entre septiembre y diciembre de este año, en la parte altoandina del país, donde se siembra la papa y la quinua, va a haber estrés hídrico, falta de agua y, posiblemente, ahí las hectáreas se van a reducir en ambos cultivos alrededor de un 10% aproximadamente, porque no va a haber lluvia para que puedan sembrar”, expresó.
A su vez, en el norte del país, donde se da la producción de arroz, sostuvo que el exceso de agua y humedad también podría afectar su producción, así como en bloqueos de vías principales de tránsito. Esto significaría una disminución en el rendimientos de las hectáreas sembradas, agregó.
“No vamos a tener escasez de alimentos. Lo que va a suceder es que al tener un poco menos de producción, vamos a tener un incremento en el precio. Por lo tanto, la inflación por alimentos todavía se va a mantener elevada, dado que no vamos a tener el mismo nivel de producción al que normalmente el Perú está acostumbrado a tener en alimentos. Esperemos que no tenga esta magnitud, para que la afectación no sea tan grande”, acotó.
Por su parte, Romero consideró que en situación, los reservorios tienen la capacidad de agua suficiente para garantizar la siembra del arroz.