viernes, 22 noviembre 2024.
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Reflexiones sobre la importancia del acuerdo UE-Mercosur

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Por Omar Romano Sforza

Madrid, 26 de diciembre 2023 – En la compleja danza de las relaciones internacionales, el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur emerge como un hito estratégico. La importancia de esta asociación va más allá de las cifras que reflejan intercambios comerciales; es un paso crucial hacia la construcción de un marco que no solo busca beneficios económicos, sino que también aborda las preocupaciones medioambientales y promueve el desarrollo sostenible. En este artículo, exploraré la trascendencia de este acuerdo, sus desafíos y las oportunidades que se presentan, así como las reflexiones finales sobre su implementación.

Comercio y desarrollo sostenible

El Mercosur se alza como el principal socio económico de la UE en América Latina, con un sólido 40% del comercio total. Sin embargo, la controversia en torno a la ratificación del acuerdo en Europa resalta la preocupación por la deforestación en la Amazonía. A pesar de estas inquietudes, el acuerdo incorpora un innovador capítulo sobre comercio y desarrollo sostenible que va más allá de sus predecesores.

Este capítulo no solo aborda la silvicultura sostenible, sino que también establece compromisos tangibles para promover el comercio de productos provenientes de bosques gestionados de manera sostenible y fomenta la cooperación en conservación forestal.

Estas disposiciones son pioneras y van más allá de cualquier otro acuerdo comercial de la Unión Europea, marcando un precedente en la incorporación de criterios ambientales y sostenibles en las relaciones comerciales internacionales.

La clave reside en la creación de un subcomité destinado a la cooperación y la resolución de desacuerdos, mostrando un compromiso real con la implementación y supervisión efectiva de estas medidas.

El costo de la falta de acuerdo

La falta de un acuerdo con el Mercosur en las últimas dos décadas ha tenido consecuencias palpables. En el año 2000, Europa lideraba el comercio con el Mercosur, pero hoy, China ha asumido ese papel. Este cambio ha llevado a una reprimarización de las economías del Mercosur y a una mayor dependencia de las industrias extractivas, socavando la diversificación económica que podría haberse logrado con un acuerdo temprano.

La resistencia de la UE a ratificar el acuerdo ha debilitado su posición en la región, erosionando la confianza que históricamente había existido entre ambas partes. En este contexto, la implementación del acuerdo no solo sería un avance en términos comerciales, sino también un gesto necesario para restablecer la confianza perdida y fortalecer los lazos entre la UE y el Mercosur.

China y Washington

Ante la creciente influencia de China y la competencia con Washington, la UE debe adoptar una postura proactiva en lugar de defensiva. La ratificación del acuerdo UE-Mercosur no solo colocaría a la UE por delante de Estados Unidos en el principal mercado de la región, sino que también enviaría un mensaje claro sobre la relevancia de la Unión en el escenario global.

Ambas regiones comparten el valor del multilateralismo, aunque con interpretaciones diferentes. Mientras Europa sigue comprometida con el orden mundial liberal, en América Latina surgen voces que abogan por reformas en línea con un mundo multipolar y reflejan la visión de colonia al del Sur Global.

La promoción de alianzas en una estructura de gobernanza multinivel, donde el regionalismo y el interregionalismo ocupen un lugar destacado, se convierte en imperativo para abordar los desafíos actuales y avanzar hacia la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Una oportunidad que no debe desaprovecharse
1. Percibo una dinámica compleja entre Europa y el Mercosur, donde se destaca la aparente tendencia proteccionista de Europa y el enfoque más materialista del Mercosur. La metáfora de “esconderse detrás de los árboles” y “show me the money” resalta las diferencias en motivaciones y estrategias durante las negociaciones comerciales.

2. La expresión “región más eurocompatible del mundo” me hace reflexionar sobre la paradoja de que, a pesar de compartir una proximidad geográfica, Europa y el Mercosur no parecen tener objetivos comunes claros. La sugerencia de que son más compatibles con el euro que con Europa subraya la complejidad de estas relaciones.

3. La mención del temor a la competencia por parte del mayor bloque comercial del mundo, probablemente refiriéndose a la Unión Europea, resalta las tensiones subyacentes en estas negociaciones. En un contexto global donde China, Estados Unidos y Rusia están marcando pautas, Europa y América Latina enfrentan desafíos internos y una relación bilateral complicada.

4. La afirmación de que Europa se cierra y América Latina se fragmenta pinta un cuadro sombrío para ambas regiones. Encontrar consuelo en un pasado compartido parece recordar la importancia de la historia en estas relaciones y sugiere la posibilidad de buscar puntos en común para superar los desafíos actuales.

En última instancia, la conclusión de que el acuerdo entre Europa y el Mercosur enfrenta desafíos significativos y que el tiempo para su conclusión se agota subraya la incertidumbre que rodea este proceso. La idea de que incluso si se firma, la ratificación no está garantizada añade una capa adicional de dudas sobre el futuro de estas negociaciones comerciales.

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Por Omar Romano Sforza Madrid, 26 de diciembre 2023 - En la compleja danza de las relaciones internacionales, el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur emerge como un hito estratégico. La importancia de esta asociación va más allá de las cifras que reflejan intercambios comerciales; es un paso crucial hacia la construcción de un marco que no solo busca beneficios económicos, sino que también aborda las preocupaciones medioambientales y promueve el desarrollo sostenible. En este artículo, exploraré la trascendencia de este acuerdo, sus desafíos y las oportunidades que se presentan, así como las reflexiones finales sobre su implementación. Comercio y desarrollo sostenible El Mercosur se alza como el principal socio económico de la UE en América Latina, con un sólido 40% del comercio total. Sin embargo, la controversia en torno a la ratificación del acuerdo en Europa resalta la preocupación por la deforestación en la Amazonía. A pesar de estas inquietudes, el acuerdo incorpora un innovador capítulo sobre comercio y desarrollo sostenible que va más allá de sus predecesores. Este capítulo no solo aborda la silvicultura sostenible, sino que también establece compromisos tangibles para promover el comercio de productos provenientes de bosques gestionados de manera sostenible y fomenta la cooperación en conservación forestal. Estas disposiciones son pioneras y van más allá de cualquier otro acuerdo comercial de la Unión Europea, marcando un precedente en la incorporación de criterios ambientales y sostenibles en las relaciones comerciales internacionales. La clave reside en la creación de un subcomité destinado a la cooperación y la resolución de desacuerdos, mostrando un compromiso real con la implementación y supervisión efectiva de estas medidas. El costo de la falta de acuerdo La falta de un acuerdo con el Mercosur en las últimas dos décadas ha tenido consecuencias palpables. En el año 2000, Europa lideraba el comercio con el Mercosur, pero hoy, China ha asumido ese papel. Este cambio ha llevado a una reprimarización de las economías del Mercosur y a una mayor dependencia de las industrias extractivas, socavando la diversificación económica que podría haberse logrado con un acuerdo temprano. La resistencia de la UE a ratificar el acuerdo ha debilitado su posición en la región, erosionando la confianza que históricamente había existido entre ambas partes. En este contexto, la implementación del acuerdo no solo sería un avance en términos comerciales, sino también un gesto necesario para restablecer la confianza perdida y fortalecer los lazos entre la UE y el Mercosur. China y Washington Ante la creciente influencia de China y la competencia con Washington, la UE debe adoptar una postura proactiva en lugar de defensiva. La ratificación del acuerdo UE-Mercosur no solo colocaría a la UE por delante de Estados Unidos en el principal mercado de la región, sino que también enviaría un mensaje claro sobre la relevancia de la Unión en el escenario global. Ambas regiones comparten el valor del multilateralismo, aunque con interpretaciones diferentes. Mientras Europa sigue comprometida con el orden mundial liberal, en América Latina surgen voces que abogan por reformas en línea con un mundo multipolar y reflejan la visión de colonia al del Sur Global. La promoción de alianzas en una estructura de gobernanza multinivel, donde el regionalismo y el interregionalismo ocupen un lugar destacado, se convierte en imperativo para abordar los desafíos actuales y avanzar hacia la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Una oportunidad que no debe desaprovecharse 1. Percibo una dinámica compleja entre Europa y el Mercosur, donde se destaca la aparente tendencia proteccionista de Europa y el enfoque más materialista del Mercosur. La metáfora de "esconderse detrás de los árboles" y "show me the money" resalta las diferencias en motivaciones y estrategias durante las negociaciones comerciales. 2. La expresión "región más eurocompatible del mundo" me hace reflexionar sobre la paradoja de que, a pesar de compartir una proximidad geográfica, Europa y el Mercosur no parecen tener objetivos comunes claros. La sugerencia de que son más compatibles con el euro que con Europa subraya la complejidad de estas relaciones. 3. La mención del temor a la competencia por parte del mayor bloque comercial del mundo, probablemente refiriéndose a la Unión Europea, resalta las tensiones subyacentes en estas negociaciones. En un contexto global donde China, Estados Unidos y Rusia están marcando pautas, Europa y América Latina enfrentan desafíos internos y una relación bilateral complicada. 4. La afirmación de que Europa se cierra y América Latina se fragmenta pinta un cuadro sombrío para ambas regiones. Encontrar consuelo en un pasado compartido parece recordar la importancia de la historia en estas relaciones y sugiere la posibilidad de buscar puntos en común para superar los desafíos actuales. En última instancia, la conclusión de que el acuerdo entre Europa y el Mercosur enfrenta desafíos significativos y que el tiempo para su conclusión se agota subraya la incertidumbre que rodea este proceso. La idea de que incluso si se firma, la ratificación no está garantizada añade una capa adicional de dudas sobre el futuro de estas negociaciones comerciales.