2023, sin duda, fue un año con más guerras, tensiones geopolíticas crecientes y una inflación más persistente de lo esperado. ¿Cómo se ve afectado el seguro marítimo y qué se puede esperar a futuro?
Un artículo de Gard plantea que los principales factores de los accidentes marítimos siguen siendo el volumen total del comercio, la densidad del tránsito marítimo en las zonas concurridas, así como la velocidad aplicada tanto en la navegación como en la toma de decisiones en la competencia por el transporte de bienes.
Aun así, las guerras y las tensiones geopolíticas tienen un impacto directo en los seguros marítimos a través de sanciones. Para complicar aún más las cosas, países como China e India continúan importando cantidades significativas de petróleo y gas de Rusia, mediante la llamada flota de petroleros “paralela”, a menudo con seguros limitados, lo que deja al medio ambiente y a la sociedad en mayor riesgo.
Entonces, ¿qué se puede esperar como industria de cara al futuro?
Costos de reclamaciones inestables
Según Gard los gestores de reclamaciones marítimas deben prestar especial atención a la exposición a los costos y al “factor de oscilación” entre el mejor y el peor de los casos. El uso de abogados, especializados es una inversión para lograr un mejor resultado en las reclamaciones. Para casos de alta gravedad, se debe considerar el costo diario, mientras que para reclamos más rutinarios los costos de manejo no deben volverse desproporcionados.
Aumenta complejidad de las reclamaciones
De acuerdo con la aseguradora, de cara al futuro, se debiesen esperar casos de mayor gravedad y complejidad, puesto que los activos más sofisticados y valiosos generan una mayor exposición a pérdidas, tanto para embarcaciones como para estructuras fijas en el mar y frente al mar.
Los montos de compensación en demandas de responsabilidad están aumentando, tanto por daños ambientales como por lesiones personales (especialmente en Estados Unidos). Sí a eso se suma la criminalización tanto de la gente de mar como de los armadores, todo se traduce en litigios más contradictorios, prolongados y costosos.
Como respuesta, las aseguradoras marítimas deberían seguir invirtiendo en actividades de divulgación con miras a establecer confianza y comprensión con las autoridades marítimas y otros stakeholders clave.
El aporte de la tecnología
A medida que la tecnología, la digitalización y la inteligencia artificial (IA) continúan desarrollándose, se esperan oportunidades para mejorar los servicios de prevención de pérdidas.
Por ejemplo, en el caso de incendios relacionados con baterías de iones de litio, el uso de sensores podrá ser de gran ayuda. Los gemelos digitales también pueden ejecutar simulaciones para ayudar con la intervención temprana y ya se está probando la IA para respaldar la toma de decisiones a bordo.
Otro ejemplo es el etiquetado geográfico de graneleros que se dirigen a puntos críticos conocidos por declarar erróneamente cargas a granel propensas a licuarse.
De esta forma, las tecnologías pueden ayudar proactivamente a los armadores a gestionar los riesgos, salvar vidas, prevenir daños medioambientales y proteger activos valiosos.
Cambio climático y transición verde
De cara al futuro, se deberían esperar más reclamaciones relacionadas con condiciones climáticas extremas. También el tránsito a la descarbonización y el cambio actual hacia combustibles más limpios se acelerarán, al igual que la necesidad de comprender los riesgos asociados con este proceso: toxicidad, incendios, contaminación y disputas contractuales o legales.
Por otro lado, la tripulación necesitará mejorar sus habilidades. Además, aspectos como el manejo de siniestros, que van desde el salvamento a la limpieza de la contaminación, deberán adaptarse a las propiedades y riesgos de los combustibles en cuestión.
Más atención a la gente de mar
El comercio internacional depende de gente de mar suficiente y competente. También su seguridad y bienestar son cruciales para mitigar los riesgos de las operaciones de los buques. Por lo tanto, ayudar a los armadores a mejorar las condiciones de la tripulación debería ser una prioridad muy alta para las aseguradoras marítimas.
La pandemia sacó a la luz los desafíos de la gente de mar, incluidos los problemas de salud mental. Si bien se debe reconocer que trabajar y vivir a bordo de un buque nunca puede estar exento de riesgos, Gard señala como un objetivo audible trabajar con los armadores para mitigar tales riesgos y fortalecer universalmente los derechos humanos de la gente de mar.