El país no solo se destacó por la cantidad exportada, sino también por el valor FOB, que alcanzó los US$ 1.499 millones, manteniendo el liderazgo en este segmento desde 2021. Sin embargo, enfrenta desafíos climatológicos que podrían impactar la campaña 2023-2024, con una proyección de caída del 10% en los envíos.
El éxito de Perú en el sector se debe a tres factores clave, según Alejandro Cabrera, gerente general de Provid. Primero, la apuesta por un recambio varietal hacia cepas licenciadas, que ofrecen mayores rendimientos y preferencia del consumidor. En la última temporada, el 75% de los envíos correspondieron a estas variedades, con la Red Globe como la segunda más exportada y la única tradicional entre los cinco principales productos.
Otro factor es la diferenciación en términos de regiones productoras. Perú cuenta con zonas costeras que permiten abastecer el mercado en diferentes momentos del año, asegurando una oferta constante para el hemisferio norte. La diversificación de destinos también ha sido crucial, con Estados Unidos como principal mercado, pero con una presencia significativa en Europa, Asia, México y Colombia. Recientemente, se autorizó el ingreso al mercado japonés, abriendo nuevas oportunidades para la exportación de uvas peruanas.
La producción mundial de uva de mesa ha experimentado cambios debido al cambio climático, afectando también a Perú. Eventos como el ciclón Yaku y fenómenos como El Niño han impactado el ciclo de cultivo, provocando retrasos en la campaña y adelantos en la actual, lo que pone en riesgo el liderazgo de Perú frente a competidores como Chile.
A pesar de los desafíos, Provid mantiene una visión de complementariedad entre los países productores, buscando abastecer más semanas al año al hemisferio norte sin competir directamente. Sin embargo, la falta de infraestructura hídrica y la inestabilidad política son obstáculos que requieren atención para mejorar la competitividad del sector en el futuro.
Fuente: dfsud.com