Investigadores de la Universidad de California en Davis han descubierto que añadir orujo de uva,( subproducto de la fabricación del vino) proveniente de los residuos de la vinificación, al alimento de las vacas lecheras reduce las emisiones de metano en un 10-11%. Esta solución sostenible no solo ayuda a reducir los gases de efecto invernadero, sino que también mejora la calidad de la leche al aumentar las grasas poliinsaturadas.
El estudio, que además es acorde a los objetivos climáticos de California, revela que el orujo de uva mejora la eficiencia del alimento sin comprometer la composición de ácidos grasos de la leche. Este hallazgo ofrece un doble beneficio: reducir los residuos y las emisiones agrícolas y, potencialmente, disminuir los costes de producción para los ganaderos.