Por primera vez en Australia, los productores de granos tienen acceso a datos precisos y localizados para mejorar el control de enfermedades a través de un proyecto que utiliza tecnología para rastrear el movimiento de esporas de enfermedades transmitidas por el aire.
El proyecto, de tres años y 3,6 millones de dólares, tiene como objetivo proporcionar a los productores y asesores información temprana sobre la presencia de pierna negra, moho gris, mancha foliar (especie Alternaria), mildiú polvoroso y roya común en sus cultivos, dijo la Corporación de Investigación y Desarrollo de Granos de Australia (GRDC) en un comunicado. La inversión de Grains Research and Development Corporation (GRDC) beneficiará al implementador del proyecto, BioScout, con el apoyo de varios socios comerciales y de investigación en toda Australia.
El proyecto implicó la instalación de una red de sensores que detectan partículas en el aire que contienen esporas de hongos patógenos. Cuando se combinan con enfoques de inteligencia artificial (IA), los datos de estos sensores pueden brindar una alerta temprana de posibles infestaciones de cultivos cuando las esporas son microscópicas y las plantas son asintomáticas, lo que permite a los productores tomar decisiones de manejo de enfermedades más informadas y oportunas.
Peter Thompson, gerente de tecnología agrícola de GRDC, dijo que los productores de granos estaban respondiendo actualmente a las enfermedades fúngicas una vez que la enfermedad se había vuelto obvia y los síntomas visuales podían verse a simple vista.
“En las primeras etapas de la infección, las esporas son microscópicas y las plantas son asintomáticas, lo que dificulta la detección de la enfermedad. Pero al mismo tiempo, la etapa temprana de la infección es óptima para el uso de fungicidas. “Este proyecto proporciona a los productores información más precisa y localizada sobre los riesgos de enfermedades para que puedan tomar decisiones más informadas sobre cuándo y dónde aplicar fungicidas foliares, lo que ayuda a maximizar el rendimiento de los fungicidas y retrasar la aparición de resistencia”, dice Thompson.
Como parte del proyecto, se desplegaron 60 unidades BioScout SporeScout en Australia Occidental, Australia del Sur, Nueva Gales del Sur, Victoria y Queensland. Los dispositivos utilizan muestras de aire para capturar esporas de hongos, que se fotografían mediante microscopía automatizada. Luego, la función de inteligencia artificial compara estas fotos con una base de datos de imágenes para detectar e identificar enfermedades fúngicas.