lunes, 28 abril 2025.
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Fábricas en China comienzan a cerrar sus operaciones e importadores replantean sus cadenas de suministro

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Las repercusiones de la guerra arancelaria iniciada por la administración de Donald Trump en Estados Unidos ya comienzan a percibirse de manera importante. El analista de la industria marítimo y portuaria y logística, Jon Monroe, ha sido testigo en terreno en el país asiático del cierre completo de algunas fábricas que dependen de los pedidos de importación. Muchas más- describe- se enfrentan a cancelaciones abruptas de pedidos y a un clima de incertidumbre que hace casi imposible la planificación futura y señala que “los temblores económicos son reales, aunque todavía no se sientan a nivel mundial”.

Según el analista, la crisis iniciada por la estrategia arancelaria de Trump tiene dimensiones absolutamente distintas a las que se han podido observar a partir del cierre de la navegación comercial a través del Canal de Suez y el Mar Rojo por cuenta de los ataques de los rebeldes hutíes. “No hay desvíos fáciles ni soluciones improvisadas cuando el problema central es estructural y está impulsado por la política. Si a esto le sumamos la reciente introducción de elevados gravámenes portuarios impuestos por la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR) a los buques relacionados con China, podríamos estar ante una congelación total del comercio”, apunta Monroe.

Pero para el analista existe una pregunta clave: “¿Estamos realmente preparados para tener los estantes vacíos en el retail? Porque si la tendencia actual continúa sin control, esa podría ser nuestra nueva realidad”, afirma.

Perspectivas para los importadores

De acuerdo con Monroe, los importadores estadounidenses se enfrentan a una considerable incertidumbre al planificar el año contractual 2025, y muchos se exponen a diversos desafíos. Al respecto explica que los aranceles inmediatos introducidos por el presidente Trump han llevado a muchos a reconsiderar sus pronósticos para el próximo año. “Esto ha alterado sus estrategias de planificación a largo plazo, especialmente en términos de estabilidad de la cadena de suministro y proyecciones de costos. Si bien muchos importadores adelantaron sus pedidos de forma preventiva para asegurar el inventario ante posibles aumentos de aranceles, aún les quedan decisiones importantes por tomar con respecto a los bienes importados de temporada y las futuras estrategias de abastecimiento”.

De hecho, la gama de desafíos para estos importadores es amplia, debido a los fuertes aumentos arancelarios sobre las importaciones chinas, con aranceles que llegan a alcanzar el 145% en ciertos productos (aranceles recíprocos del 125% además del 20%). “Estos aumentos repentinos están interrumpiendo las operaciones logísticas, provocando cancelaciones generalizadas de pedidos y obligando a las empresas a reevaluar sus estrategias globales para la cadena de suministro”.

Pero aún hay más, el desafío clave ahora- según Monroe– es “¿cómo estas empresas contactarán a sus proveedores para futuros pedidos?”.

Según explica, dado que los aranceles siguen siendo un factor importante, los importadores están evaluando si mantener a sus proveedores tradicionales o buscar nuevas opciones que puedan ayudar a mitigar los mayores costos asociados a los aranceles. En particular, las compañías están considerando cuidadosamente qué países siguen siendo viables para relaciones de abastecimiento a largo plazo.

El objetivo-indica- es identificar regiones que ofrezcan una fabricación rentable sin la pesada carga financiera de los aranceles ni cambios inesperados en las políticas. “Muchos importadores simplemente están esperando, suspendiendo los pedidos de 30 a 60 días con la esperanza de que prevalezca la calma y los aranceles vuelvan a bajar. El objetivo es identificar regiones que ofrezcan una fabricación rentable sin la pesada carga financiera de los aranceles ni cambios políticos inesperados”.

Un duro golpe

De acuerdo con el analista, uno de los impactos más significativos de los aranceles generalizados de Trump fue la interrupción de la estrategia de abastecimiento “China + 1” que muchas empresas esperaban implementar y que consistía en diversificar sus cadenas de suministro abasteciéndose de productos de China, así como de uno o más países del Sudeste Asiático, como Vietnam, India o Indonesia. “Sin embargo, las amplias políticas arancelarias recíprocas de Trump, dirigidas a muchos productos chinos, obstaculizaron este plan, afectando no solo a los proveedores con sede en China, sino también a los de otros países que dependían de componentes o materias primas chinas”.

Las empresas de ropa y calzado, que ya habían trasladado una parte significativa de su abastecimiento de China al Sudeste Asiático, se vieron atrapadas en el fuego cruzado. Estas empresas esperaban evitar el impacto de los aranceles diversificando sus fuentes de abastecimiento, pero se vieron inesperadamente afectadas por las políticas arancelarias generalizadas que se extendieron más allá de las fronteras de China, explica Monroe.

Este hecho, sostiene, “ha obligado a las empresas a reevaluar sus cadenas de suministro, no solo para el próximo año contractual, sino también para el futuro a largo plazo de sus operaciones”.

“En general, los importadores se enfrentan a un panorama cada vez más complejo en 2025, donde la incertidumbre arancelaria, los cambios en las políticas comerciales y en los patrones globales de fabricación obligan a las empresas a replantear sus estrategias de abastecimiento. Se prevé que estos desafíos continuarán impactando a la industria en el futuro, obligando a las empresas a navegar con cautela en un entorno comercial global impredecible”, concluye Monroe.

Por MundoMaritimo

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