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Rogerio Zambrano fue el primer pescador de Pedernales que se decidió a salir a faenar luego del terremoto de 7,8 grados que sacudió al país el 16 de abril. “Hay que comer, tenemos deudas, la familia necesita plata. El terremoto nos afectó a todos, pero debemos salir adelante”, responde Zambrano, quien también se define como uno de los primeros habitantes del lugar.
El viernes pasado preparó uno de sus tres botes, salió solo 2 millas mar afuera y regresó con cinco libras de camarones y algunos pescados pequeños con los que principalmente alimentó a sus familiares.
Pedernales fue uno de los cuatro cantones más afectados de Manabí. A 13 días, aún se ven escombros y desolación, pero también que algunos negocios ya atienden, especialmente los de comida.
Orlando Loor tiene cerca de 15 años viviendo en Pedernales y asegura que no se irá. “He logrado conseguir frutas y verduras. Se las estoy vendiendo a los pocos que quedaron. Los manabitas somos gente de trabajo y vamos a levantar nuestra ciudad”, dijo Loor.
Con su propio puño escribió una frase sobre una tela blanca que cuelga del cajón de un camión: “Pedernales, 7,8 no derrumban a 1,5 millones de manabitas con ganas de volver a empezar”.
La ciudad
En una entrevista radial, el alcalde del cantón, Gabriel Alcívar, reveló que más de 1.100 edificaciones deben ser destruidas, ya que no brindan ningún tipo de seguridad, entre estas el edificio del Municipio.
“A los cinco días de la emergencia, empezamos a reunir a todos los funcionarios municipales. La ciudad nos necesitaba. Por ahora estamos haciendo oficina en un terreno de mi propiedad, donde se han levantado carpas”, dijo Alcívar.
José Aguilar es propietario de una carreta de jugos. La tarde del día del terremoto terminó de pintar y adecuar un local a donde se pasaría. Por ahora se encuentra fuera del sitio, donde espera a los turistas. Sus clientes diarios, por estos días, son los policías y los militares que aún se encuentran en el cantón.
Fuente: La Hora | ElProductor.com
