El viernes 10 de junio es un día para no olvidar. El clima le jugó una mala pasada a las esperanzas de cientos de campesinos de las veredas que hacen parte del corregimiento Capitanlargo. Cuando los cultivos de frijol, maíz, alverjón, pimentón, maracuyá, aguacate, cebolla, tomate y plátano hacían del paisaje un panorama alentador para los labriegos, vino del cielo lo que sería, en muchos años, su más duro golpe. Este llegó encarnado en una avalancha de granizo que con ímpetu azotó esta región de la provincia de Ocaña.
Por más de una hora, los cultivos de un momento a otro pasaron del esplendor a ser aplastados por el ímpetu de la granizada. Ya calmado el vendaval, los campesinos salieron para confirmar lo que sería la más grade de sus desgracias.
Los cultivos completamente perdidos, animales muertos, casas y corrales colapsados. Eduardo Páez de la vereda que lleva el mismo nombre del corregimeinto, perdió lverjón, pimentón y maíz.
Su hijo, John, no podía ocultar su pesar y recordó que apenas hace dos días desde uno de los cerros más altos divisó el verdor de lo que sería una de las cosechas más promisorias. “Eso nos tenía muy contentos, ya hasta se habían contratado obreros para coger pimentón”. En tan solo una finca se perdieron 3.000 matas de pimentón.
Como don Eduardo, son cientos de campesinos de las veredas El Rosario; Paloquemao, El Potrero, La Rojas, Llanitos, Bellavista y Gallinetas quienes según Luis Eduardo Torrado representante legal del minidistrito de riego del corregimiento Capitanlargo, quedaron desamparados.
 Ante la situación, a través de este vocero los labriegos pidieron a los gobiernos municipal, departamental y nacional que les ayude pues quedaron damnificados y con muchas deudas en el Banco Agrario y otras entidades financieras.
Fuente: Fresh Plaza | ElProductor.com

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