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Los periodos de la veda reactivan los trabajos, sobre todo a empresas que dan servicio de mantenimiento a estas embarcaciones, en tareas de soldadura, pintura, sistemas eléctricos, entre otras.
Son actividades que alimentan un poco más la economía de esos sectores.
“Hay muchas personas que esperan con ansias las vedas del atún para trabajar dos o tres meses de corrido”, indica Raúl Paladines, presidente de la empresa Puerto Atún, que maneja un muelle particular ubicado en la zona de Jaramijó. Cerca de 20 barcos hacen uso de ese atracadero.
En los muelles de Puerto Atún y Puerto de Manta se aprecia una flota de barcos atuneros que se someten a mantenimiento. En esta zona costera hay 112 barcos dedicados a la captura del atún, que aportan un 80 % de la materia prima que necesitan las industrias atuneras del país.
La veda empezó el pasado 28 de julio y culminará el 28 de septiembre. Solo el 40 % de la flota atunera se acogió a este periodo de descanso y de cuidado de los barcos.
Paladines dice que para el mantenimiento de una embarcación se necesita diez personas, y se trabaja de corrido los siete días de la semana.
Ricardo Herrera, presidente de la Cámara de Industrias Procesadoras de Atún, indica que las empresas en este receso realizan un inventario de la materia prima, a fin de que su operación sea normal.
“Procuramos que no exista afectación al empleo, pese a que la situación es un poco complicada en este año para el sector exportador por asuntos de costos, mercados, provisión de materia prima y por lo del terremoto que ha traído consecuencias”, manifiesta el empresario.
El soldador Andrés Benalcázar, oriundo de Portoviejo, confirma que la veda del atún deja buenos réditos económicos cuando los barcos entran a trabajos de conservación.
“Los empresarios han dicho que en este año el mantenimiento de sus embarcaciones no será integral. Esos nos merma un poco económicamente, pero sí alivia saber que tendremos trabajo por más de dos meses”, comenta el obrero.
Fuente: Expreso | ElProductor.com
