Comerciantes y expendedores de carne de mercados de la ciudad se encuentran preocupados por las bajas ventas de carne. Es así que con dificultad en los últimos meses han podido expender este producto a los pocos clientes que llegan hasta las tercenas.

Aunque la crisis económica ha causado un baja considerable de ventas, los vendedores consideran que el comercio informal de carne, es la causa que les está generando mayor perjuicio.

“Los clientes no ingresan al mercado porque afuera les ofrecen carne a precios más bajos, pero en condiciones insalubres”, señaló Lida Gonzalez, propietaria de una tercena en el mercado Modelo.

A opinión de la comerciante, esta situación cada vez impacta más su actividad comercial, ya que cada mes debe cumplir con varios requisitos impuesto por las autoridades con la finalidad de ofrecer productos frescos y sanos, mientras que los informales no están sujetos a ningún tipo de control.

Venta informal
Al hacer un recorrido por las áreas cercanas a los mercados, el equipo de diario La Hora pudo constatar que el comercio informal de carne se dan los martes, jueves y viernes, a partir de las 6 de la tarde, donde varias personas se ubican alrededor de los mercados con bandejas o pequeños coches instalados con mesas y una balanza para expender pollo, menudencias, hueso y carne de chancho, a 0.50ctv o 1 dólar menos de lo que se vende al interior del mercado.

Al respecto Juan Quishpe, propietarios de la tercena Carnesa, indicó que con la venta de carne en las calles poco a poco en la ciudad se está dando creciendo la clandestina, hecho que no solo les afecta a los comerciantes, sino también a los compradores que se exponen a productos de dudosa procedencia en condiciones antihigiénicas.

“Con crisis o no, nosotros debemos pagar varios costos del negocio como arriendo, impuestos, sueldos, a fin de ofrecer productos aptos para el consumo, en cambio estas personas salen a las calles y vende productos que ni siquiera están refrigerados”, agregó Quishpe.

Control
Según los comerciantes es necesario que las autoridades busquen mecanismos y estrategias efectivas para controlar el comercio ilegal, donde se igualen las condiciones de venta, y que se cumplan todas las exigencias a las que ellos están sometidos como contar con neveras, ganchos de acero para colgar la carne y uniformes. “Aquí no solo pagamos impuestos, también se debe pagar el trasporte de la carne, y el costo de las bodegas en el Camal”, mencionó González.

Para Elena López, ama de casa, asistir con frecuencia al mercado para comprar carne es una tarea que realiza con poca frecuencia desde el otro año. “Anteriormente me lleva cuatro libras de carne para 15 días, pero ahora solo llevo dos libras por que ya no dispongo de la misma cantidad de dinero”.

Al preguntarle si compraría las carnes que es vendida a las afueras del mercado López indicó que por el momento no lo haría, sin embargo, si se encuentra en un momento de necesidad y los precios son convenientes optaría por compra en estos sitios.

 

Fuente: La Hora | ElProductor.com

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