La caza y la reducción de bosques amenaza a osos de anteojos, lobos de páramo, jaguares y otros animales.

“Hay cacería vigente, se sigue matando osos, jaguares, pumas, lobos de páramo para defenderse por los ataques al ganado; pero también por sus usos, por ejemplo, del lobo como amuleto y de su piel como adorno. En el caso del oso andino se atribuyen propiedades curativas a su grasa”, comenta el biólogo Rodrigo Cisneros, quien forma parte de un equipo de investigación de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y que estudia la situación de los mamíferos en la zona norte de Ecuador.

La cacería se da a pesar de que la mayoría de la población rural sabe acerca de la prohibición legal que existe y de las sanciones que podrían recibir, pero su objetivo es defender sus animales y su producción, indica el biólogo y docente de la UTPL. Pone de ejemplo la información recolectada en las poblaciones de los sectores norte y oriental del Parque Nacional Podocarpus (PNP), donde la caza no es sostenible, por que no solo se hace para un consumo propio sino también para comercializarlo.

A esta amenaza se suma la reducción de su hábitat. La deforestación es alta. Entonces, en algunos cantones de Zamora Chinchipe, como Palanda y Chinchipe, se ha registrado una deforestación del 4% anual, cifra considerada muy elevada.

Asimismo, también se enfrenta la transformación de más del 10% del territorio del PNP en potreros por parte de campesinos y otras personas que los han invadido. Por lo que como Universidad, creen que la pérdida del hábitat es un tema urgente a atender.

Antecedentes importantes

En el PNP se han registrado 15 osos de anteojos y un número similar de lobos de páramo, especies que abanderan la investigación que realiza la UTPL, la cual busca saber cómo estos animales usan su hábitat, qué tan grandes son sus poblaciones, qué recursos consumen, qué diversidad genética tienen para interpretar su viabilidad a largo plazo y también sobre sus amenazas generadas por el conflicto de estas especies con los humanos.

Como el centro de estudios es el PNP, cuentan con más información del lugar, pero el proyecto es ir ampliando los análisis hacia otras áreas, tomando en cuenta que la zona sur del país es muy amplia, explica Cisneros.

Además, señala que los nuevos recursos, métodos y equipos permiten tener mejor información biológica de las especies. Se han afinado los métodos para extraer el ADN, lo cual ha permitido subir a mas del 40% la eficiencia en conseguir muestras válidas. Esto, también, admite contar con información genética de cada individuo y tener datos poblacionales que es información fundamental.

Corredor de conservación

Aproximadamente, en el año 2000 se constituyó un corredor de conservación que une al PNP con bosques protectores y reservas comunales (llamado inicialmente Podocarpus-Sabanilla y después Reserva Podocarpus-el Cóndor). En esa época se hicieron los primeros análisis del paisaje y se utilizó al oso andino como especie de referencia para analizar la disponibilidad de su hábitat.

Cisneros menciona que este es el referente de inicio de la investigación, porque a raíz de ese trabajo se constató que aún había áreas conservadas para la especie, pero también se verificó que el territorio disponible para el oso andino estaba fragmentado por las actividades humanas y se vio que la superficie total no era suficiente para mantener poblaciones viables.

El objetivo de la Universidad de Loja, al retomar la investigación, es generar información que sirva para que los gobiernos seccionales, provinciales y nacionales puedan tomar decisiones y adoptar políticas e involucrar a la comunidad para efectuar un adecuado monitoreo de la fauna y saber datos certeros sobre su situación.

“En nuestro plan, como universidad, queremos ser capaces de generar información en tiempo real del estado de las especies, no solo el estado de conservación”, concluye el experto. (CM)

Amenaza

Especies vulnerables

Las poblaciones de oso, el tapir andino y el jaguar están aún lejos de extinguirse.

El estudio demuestra que se encuentran en una situación preocupante en Ecuador debido a que necesitan un hábitat amplio.

Su territorio se va fragmentando en áreas reducidas que no necesariamente están conectadas.

Fuente: La Hora | ElProductor.com

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