Se trata de las larvas de los dípteros de las especies Ortocladius (larvas rojas) y Cricotopus (larvas blancas parduzcas). Pasan el invierno en estado larvario, pero al inicio de la primavera aparecen los individuos adultos de la primera generación.

La hembra realiza la puesta sobre aguas mansas y claras. La puesta es mucilaginosa y cuando el arroz está emergido, las puestas se quedan adheridas a los tallos.

Las larvas pasan por cuatro estados hasta alcanzar los 12-16 mm de longitud, estando caracterizadas por sus diferentes tonalidades.

Las larvas ocasionan fuertes daños en las siembras, alimentándose de las raicillas de las plántulas; además, pueden dar lugar a un encamado precoz, que se produce cuando los tratamientos no alcanzan una eficacia suficiente o bien cuando ha empezado el ataque de la primera generación. Las larvas de color blanco devoran el interior del grano de siembra.

Control

El momento de la aplicación de insecticidas viene determinado por el tiempo transcurrido entre la inundación de la parcela y la siembra.

Realizar tratamientos tempranos, pulverizaciones o espolvoreos contra los adultos en vuelo, aplicar tratamientos al agua, contra las larvas que se desarrollan en ella, a los pocos días de la siembra, dejando el agua estancada 48 horas.

En primavera se produce el avivamiento escalonado de los insectos invernantes, dirigiéndose a las zonas de cultivo del arrozal; desarrollan su máxima actividad al amanecer y al atardecer.

 

Fuente: La Hora | ElProductor.com

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