Cuando los cultivos del hemisferio sur del planeta son aún una promesa, los del norte ya han abonado el terreno a la dificultad por unos precios en mínimos. Las grandes y voluminosas cosechas han arrastrado a la baja los precios de los cereales en todo el mundo, con una cifra récord en cereales básicos de 2.068 millones de toneladas, según las estimaciones del Consejo Internacional del Trigo.

De esta cantidad, unos 1.030 millones corresponderían al maíz, 743 al trigo y 328 a la soya. Las cosechas han sido buenas en casi todas las zonas productoras más importantes desde los países americanos, especialmente Estados Unidos, a Europa y los países del Este europeo.

En Ecuador, como ya publicó EXPRESO, los precios se han venido abajo en parte por el ingreso de mercancía de contrabando.

Junto a la existencia de una oferta muy elevada, los bajos precios se ven favorecidos por el bajo coste de los fletes por la caía del precio de los combustibles y la existencia de una mayor oferta de mercantes.

Desde las organizaciones agrarias se denuncian unos precios ruinosos e insuficientes para cubrir los costes de producción y que llevarían al cierre de las explotaciones si no fuera por las ayudas comunitarias.

La semana pasada el trigo cayó 6 % y en esta siguió el derrumbe hasta quedar para la primera posición de Chicago por debajo de $ 140 por tonelada, tocando mínimos desde agosto de 2006. Tanto en trigo como en cebada solo los productores que logren rendimientos muy altos se acercarán al empate con los costos.

El desafío es para todos los productores de trigo del mundo. El sobreabastecimiento del grano se acentúa y se suma al del maíz, que está iniciando la mayor cosecha de la historia en EE. UU.

Y en este panorama llega China recargada de reservas de cereal. El departamento de Agricultura de los Estados Unidos estimó, según recoge el diario argentino La Nación, que hay un stock mundial de granos de 220 millones de toneladas, de las que China representa casi un 50 %, cifra similar a la informada por FAO.

La política de precios mínimos designada por Beijing para garantizar su autosuficiencia alimentaria ha generado altos niveles de producción, así como buenos ingresos para los agricultores, pero desembocó en un gigantesco stock de maíz que representa más de 5 meses de consumo interno.

Fuente: Expreso | ElProductor.com

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