Tras una etapa de importante desarrollo económico, seguida de una profunda crisis financiera con un alto impacto en todos los ámbitos de la sociedad, algunos sectores se han revelado o mantenido como pilares de primer nivel para la economía de las islas.

El agrario ha sido siempre un sector especialmente delicado en Canarias, debido tanto a la dificultad de su desarrollo por las particularidades del terreno y el clima, como a la situación de las islas de cara a la comercialización. Entre los sectores que han logrado sostener hasta el momento la grave crisis económica en las islas destaca sin duda el platanero, el cual ha logrado estabilizar sus niveles productivos.

Las cifras de producción, comercialización, y generación de empleo ponen de manifiesto que el plátano se sitúa en una posición primordial en cuanto al valor productivo, el cual incluyendo cultivo y comercialización (empaquetado) contribuye económicamente de forma directa a Canarias con más de 390 millones de euros.

Debido a la especial situación geográfica de las islas, la exportación fuera de Canarias se ha convertido en una actividad fundamental para el desarrollo de nuestra economía aunque desafortunadamente, lejos de revertir la situación de dependencia exterior, Canarias continúa importando más del 90% de los bienes de consumo que necesita. En este sentido, el sector platanero es un pilar fundamental que sostiene la exportación de producción canaria fuera de las islas.

La puesta en marcha de la Organización Común de Mercado (OCM) del plátano en 1993 supuso un estímulo fundamental para los productores, iniciando una fase expansiva que resultó en superficies de cultivo crecientes. Actualmente el cultivo del plátano está presente en las 5 islas más occidentales. En los últimos años, la superficie se ha estabilizado alrededor de las 9.100 hectáreas, con niveles de producción comercializada que rondan de media las 375.000 toneladas, aunque en este mismo año 2016 superarán las 400.000.

La contribución económica de la producción platanera proporciona ingresos que repercuten, directa o indirectamente, en beneficio de la población de las islas. En forma de salarios directos pagados a las más de 9.000 personas que trabajan el cultivo y empaquetado, y de forma indirecta a través de los ingresos generados en las fases de distribución y comercialización.

Además del impacto directo en base a la producción y el empleo, la actividad platanera tiene como resultado considerables efectos de arrastre que afectan positivamente a otros sectores.

Por una parte, la necesidad del flete marítimo que se contrata para atender la exportación agraria es aprovechado y utilizado una vez realizado el transporte desde Canarias, lo que facilita y abarata considerablemente la importación de otros bienes hacia las islas. El transporte de las exportaciones de plátano hacia la Península tiene un coste de media alrededor de 31 millones de euros al año, transporte que, una vez en destino, se aprovecha por los importadores para traer mercancías hacia Canarias. Esto, no sólo representa un ahorro muy significativo para los importadores, sino también un activo necesario para garantizar muchos de los servicios de transporte marítimo que actualmente conectan Canarias con la Península.

Como consecuencia de la exportación platanera, se produce un abaratamiento de las importaciones a Canarias, que ronda el 4,5% anual, y alcanza el 10% en el caso de productos básicos, como frutas frescas, legumbres y hortalizas.

Todo ello tiene efectos positivos directos sobre el poder adquisitivo de todos los ciudadanos y el coste de la vida, concretamente entre 0,2 y 0,5 puntos anuales del Índice de Precios al Consumo (IPC).

Fuente: Fresh Plaza | ElProductor.com

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