domingo, 27 octubre 2024.
- Premium -spot_img
- Gold -spot_img

Artesanía, un regalo especial y de calidad

- Destacado 1 -spot_img

Cuenca. Tradiciones artesanales locales sacan a relucir lo mejor de sus talleres para motivar a la venta navideña. Tejedoras de paja toquilla, alfareros del tradicional barrio de Tandacatu, artesanos del barrio de las Herrerías y escultores de la ciudad sorprenden con sus diseños.

Paja toquilla
En el Economuseo Municipal Casa del Sombrero, se reúnen varias artesanas de las parroquias y de la provincia para mostrar sus destrezas en la elaboración de los tradicionales sombreros de paja toquilla, además de adornos decorativos y piezas funcionales.

Blanca Guambaña, artesana de Sidcay que lleva 52 años dedicada al oficio, señaló que la importancia de adquirir sombreros radica en la salud y, sobre todo, en la necesidad de mantener la tradición artesanal en la región.
Ella y sus compañeras pertenecen a organizaciones, cooperativas y asociaciones que se vinculan para mejorar su producción y distribución, y, sobre todo, con el fin de conservar una tradición con varios años de existencia y cuyo valor se intenta regular desde los 15 dólares.

Pero esa conservación, considera Guambaña, se logra con quienes adquieren sus creaciones, “es la única forma” agregó. “Y ¿por qué no?”, señaló Fausto Quinde, ciudadano que visitó este espacio y a quien le pareció una magnífica opción regalar una artesanía en estas fechas.

Alfareros
Mientras tanto, en el barrio Tandacatu, centro de la alfarería cuencana, artesanos le dan forma al barro y lo transforman en objetos decorativos y piezas utilitarias. Uno de los más antiguos, José Encalada, quien mantiene su taller en la calle Mariscal Lamar y Eduardo Crespo Malo.

En este espacio, exhibe floreros, macetas, ollas, tiestos, e innumerables formas de animales y naturaleza. Con su técnica, mantienen una tradición que ha superado los 100 años de antigüedad, y que se fortalece en zonas rurales como Jatumpamba.
Pero Encalada, de 82 años, y su familia no son los únicos artesanos de la zona. Además, están los que, junto con él, conforman el Gremio de Ceramistas Convención del 45, que, aunque ya no son los 50 socios de 1981, los cerca de 15 que se mantienen conservan la tradición, y se distribuyen en distintos espacios del barrio.

Herreros
Otro de los barrios artesanales de Cuenca, está ubicado al sureste del Centro Histórico, se trata de las Herrerías, espacio que conserva la tradición del trabajo en metal. Desde las cruces que se colocan en las viviendas, cerraduras, candelabros, hasta cerramientos y puertas.

La familia Guerra Quezada conserva, por ejemplo, la tradición de las cerraduras con finos detalles que incluso les ha dado denominación de Excelencia Artesanal por parte del Centro Interamericano de Artesanías y Arte Populares, CIDAP.
También se encuentran tradiciones creativas que se plasman gracias a las hábiles manos de Lucila Morocho, artesana de la calle de las Herrerías, quien hace 27 años, juntos con su exesposo, aprendió el oficio de modelar el metal.
El costo de las distintas piezas varía, siendo 10 dólares la base.

Escultura
En el barrio de las Herrerías, en las inmediaciones de la plaza, el escultor Fernando Ávila da forma a la madera, con detalles vinculados a la naturaleza, a las culturas ancestrales y al ser humano.
El costo de los objetos que el artesano vende va desde los 20 dólares. (FCS) (F)

- Destacado 2 -spot_img
- Silver 1 -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Silver 2 -spot_img

Últimas Noticias

Cuenca. Tradiciones artesanales locales sacan a relucir lo mejor de sus talleres para motivar a la venta navideña. Tejedoras de paja toquilla, alfareros del tradicional barrio de Tandacatu, artesanos del barrio de las Herrerías y escultores de la ciudad sorprenden con sus diseños. Paja toquilla En el Economuseo Municipal Casa del Sombrero, se reúnen varias artesanas de las parroquias y de la provincia para mostrar sus destrezas en la elaboración de los tradicionales sombreros de paja toquilla, además de adornos decorativos y piezas funcionales. Blanca Guambaña, artesana de Sidcay que lleva 52 años dedicada al oficio, señaló que la importancia de adquirir sombreros radica en la salud y, sobre todo, en la necesidad de mantener la tradición artesanal en la región. Ella y sus compañeras pertenecen a organizaciones, cooperativas y asociaciones que se vinculan para mejorar su producción y distribución, y, sobre todo, con el fin de conservar una tradición con varios años de existencia y cuyo valor se intenta regular desde los 15 dólares. Pero esa conservación, considera Guambaña, se logra con quienes adquieren sus creaciones, “es la única forma” agregó. “Y ¿por qué no?”, señaló Fausto Quinde, ciudadano que visitó este espacio y a quien le pareció una magnífica opción regalar una artesanía en estas fechas. Alfareros Mientras tanto, en el barrio Tandacatu, centro de la alfarería cuencana, artesanos le dan forma al barro y lo transforman en objetos decorativos y piezas utilitarias. Uno de los más antiguos, José Encalada, quien mantiene su taller en la calle Mariscal Lamar y Eduardo Crespo Malo. En este espacio, exhibe floreros, macetas, ollas, tiestos, e innumerables formas de animales y naturaleza. Con su técnica, mantienen una tradición que ha superado los 100 años de antigüedad, y que se fortalece en zonas rurales como Jatumpamba. Pero Encalada, de 82 años, y su familia no son los únicos artesanos de la zona. Además, están los que, junto con él, conforman el Gremio de Ceramistas Convención del 45, que, aunque ya no son los 50 socios de 1981, los cerca de 15 que se mantienen conservan la tradición, y se distribuyen en distintos espacios del barrio. Herreros Otro de los barrios artesanales de Cuenca, está ubicado al sureste del Centro Histórico, se trata de las Herrerías, espacio que conserva la tradición del trabajo en metal. Desde las cruces que se colocan en las viviendas, cerraduras, candelabros, hasta cerramientos y puertas. La familia Guerra Quezada conserva, por ejemplo, la tradición de las cerraduras con finos detalles que incluso les ha dado denominación de Excelencia Artesanal por parte del Centro Interamericano de Artesanías y Arte Populares, CIDAP. También se encuentran tradiciones creativas que se plasman gracias a las hábiles manos de Lucila Morocho, artesana de la calle de las Herrerías, quien hace 27 años, juntos con su exesposo, aprendió el oficio de modelar el metal. El costo de las distintas piezas varía, siendo 10 dólares la base. Escultura En el barrio de las Herrerías, en las inmediaciones de la plaza, el escultor Fernando Ávila da forma a la madera, con detalles vinculados a la naturaleza, a las culturas ancestrales y al ser humano. El costo de los objetos que el artesano vende va desde los 20 dólares. (FCS) (F)