Expertos de Uvanova analiza la temporada de uva de mesa chilena 2018, en la que confluyen varios factores que justifican el optimismo.

La temporada de uva de mesa en Chile 2018 viene con buenos pronósticos y tiene esperanzados a la mayoría de los fruticultores del país. Si bien habíamos sufrido en temporadas anteriores con el cambio climático y la cosecha que se vino de golpe en el 2017, apurando así sus ventas y comercialización, pareciera que actualmente el panorama es alentador, debido a la acumulación de horas frío, lluvias invernales y buenas temperaturas primaverales.

En algunas regiones la cosecha partió en noviembre y en otras está pronta a comenzar. Existe una alta carga de racimos por parra y a esto se suman las expectativas por nuevas variedades. La III región de Atacama abrió de buena manera la cosecha, entregando así una proyección de lo que se verá en la zona centro sur del país. Respecto al panorama internacional también nos hemos visto favorecidos, a diferencia de otros años. Perú, nuestro principal competidor en América Latina, presenta disminución en su oferta por dos razones: baja fertilidad de las yemas de vid en zonas del norte y las catástrofes naturales que han debido enfrentar con los aluviones.

Por su parte, California tiene los stocks más bajos en cuatro años, ya que los afectó el cambio climático con exceso de calor en verano y lluvias otoñales, que incrementaron la presencia de hongos en los parronales. Y por último, el tercer gran competidor de Chile es Sudáfrica, que tiene fuerte presencia en mercados de Asia y Europa y ha generado una caída en la producción de uva de mesa debido a la sequía, manifestando una situación inestable para la fruta, ya que los recursos hídricos han sido muy limitados.

Sin embargo, los expertos nacionales prefieren ser cautelosos y esperar para ver el movimiento real de nuestra producción en el extranjero. El atraso de la temporada chilena ha beneficiado también a que no colapse el mercado por exceso de oferta temprana como ocurrió el año pasado, así no nos encontraremos compitiendo de frente con otras producciones importantes.

Para ahondar en el panorama nacional, consultamos a tres voces expertas de Uvanova sobre su trabajo en parrones chilenos. Son Carolina Cruz Vargas, ingeniera agrónoma PUCV, presidenta Uvanova, asesora independiente; Arturo Miquel Armas, ingeniero agrónomo PUC y asesor independiente y Christian Urban, Ingeniero Agrónomo PUC y Gerente Comercial de Frutera Santa María.

¿Cuándo parte la temporada de uva en Chile y con qué variedades?

Carolina: Las primeras cosechas se iniciaron a fines de noviembre en Copiapó, con al menos diez días de atraso respecto a la temporada anterior. Las variedades más tempranas son Perlette, Prime y Superior en blancas y Flame S en el caso de las rojas.

Arturo: En mis asesorados será a mediados de enero y se inicia con la Flame.

Christian: La temporada partió la tercera semana de noviembre en Copiapó, con la variedad Prime y Superior, y luego Thompson, y la cuarta en Vallenar, con Superior y luego Flame.

¿Cómo se ven las expectativas de calibre y producción?

C: Esta temporada se ha iniciado con mejores calibres, sobre todo en la variedad Flame S. Los raleos con ácido giberélico funcionaron, lo que permitió racimos con buen ajuste de bayas y cargas equilibradas. El peso de bayas logrado también mejoró respecto del año pasado, por lo que la producción final se verá favorecida.

A: Las expectativas son normales.

Ch: Actualmente se ve bien la III, IV y V región. Metropolitana y VI van bien encaminadas, pero al ser más tardías falta esperar algún contratiempo del clima que nos pudiera hacer sufrir como ha ocurrido otros años. En cuanto al calibre, en general, se ve algo menor que el año pasado.

¿Ha habido alguna presión de plagas o enfermedades al iniciar esta temporada?

C: Dentro de las plagas destaca trips en floración, pero este año no sólo con la presencia de trips de California, sino también de Frankiniella cestrum, en ataques incluso bajo la caliptra, por la alta presión de malezas en cerros y sectores colindantes a los huertos. También se contó con presencia de especies poco comunes en el cultivo, como langostas y cuncunas. Respecto de las enfermedades, el oídio vuelve a tener una alta presión desde norte a sur, lo que ha obligado a ser extremadamente rigurosos en cumplir con las secuencias de aplicaciones. En la zona centro sur fue factible encontrar focos de Phomopsis, principalmente en variedades sensibles como Red Globe y Crimson.

Ch: En III y IV región ha habido alta presión de oídio. En V, RM y VI se habla de alta presión de Lobesia Botrana y polillas en general.

¿Cómo se ven las expectativas de comercialización para este año?

C: Hay buenas expectativas ya que la fruta temprana encontrará un mercado más desabastecido de fruta peruana, principalmente proveniente de la zona norte de ese país. Además las guardas en EE.UU. están de corto tiempo de conservación.

Ch: La partida está más complicada de lo esperado ya que los stocks de California duraron más de lo pensado y los supermercados no se han cambiado a las uvas frescas del hemisferio sur, privilegiando la venta de fruta doméstica. Perú tiene fruta arribada hace tres semanas y no la han podido vender al ritmo que quisieran, va a ocurrir lo mismo con los primeros barcos arrimados de Chile. Habrá que esperar para ver el movimiento real. En todo caso el atraso de la temporada chilena ha contribuido positivamente a que no colapse el mercado por exceso de oferta temprana como ocurrió el año pasado. Debiera ser una temporada más normal desde la semana 1 hasta la semana 7 u 8, de ahí en adelante dependerá de los volúmenes de fruta que exporte Chile, que hasta ahora serían mayores que la temporada pasada. De ser así será fundamental que los exportadores cuiden muy bien la calidad y condición de las uvas a exportar. Y sobre todo, que eviten embarcar calibres medianos y chicos en variedades que sabemos no compiten con las variedades nuevas.

¿Estamos en fecha normal de cosecha?

C: Iniciamos la temporada con doce a quince días de atraso, pero en la medida que ha avanzado el verano esta brecha se ha acortado. Desde Aconcagua al sur se habla de sólo siete a máximo diez días.

A: Veo un retraso de diez días.

Ch: Sí, yo veo que estamos en fecha normal, pero atrasados dos o tres semanas en relación a la temporada pasada.

¿Cómo está la disponibilidad de mano de obra para esta temporada?

C: En términos generales no ha sido tema. El aporte de los inmigrantes en las diferentes etapas del cultivo ha ayudado mucho a salir con los trabajos a tiempo.

A: Similar al 2016.

Ch: Como siempre escasa. La mano de obra disponible para el campo es cada vez de peor calidad y compromiso con el trabajo. Sí existen muchos inmigrantes, pero sin ningún conocimiento de las labores a realizar.

¿Tendremos cosecha de alguna de las variedades nuevas en tus asesorados? De ser así, ¿cuáles son las más plantadas?

C: Por supuesto, este año se viene un aumento importante, ya que entran a full producción muchos campos y además hay producción de huertos injertados sobre variedades como Red Globe, Crimson y Thompson Seedless. Nuevamente Flame Seedless se complicó este año con partidura producto de las condiciones de alta HR. Las cosechas se han encarecido y algunos productores ya no la siguen procesando. De ahí que el recambio varietal orientado a aquellas que resistan mejor este problema es muy necesario.

A: No este año.

Ch: Sí, las más plantadas son Timco, luego Sweet Celebration y Arra 15. Luego viene un sinnúmero de variedades nuevas en distintas proporciones.

En lo que ha transcurrido de la temporada, ¿qué han podido observar en calidad y condición?

C: En términos generales hemos observado mejores calibres que la temporada anterior. Los parrones presentan alto vigor, con cargas más bien altas lo que está influyendo en el término o acabado de la fruta. Llegar a niveles de materia seca por sobre el 20% es el ideal para que las frutas aguanten bien viajes largos y contar con buena vida de post cosecha. Por lo tanto hay que ser cautos en no dejar excesos de fruta, eliminar pámpanos y todos aquellos racimos que califiquen para exportación. Control nutricional y de riego también aportan para este objetivo. La humedad relativa está alta y en general hemos visto condiciones climáticas que favorecen el desarrollo de enfermedades fungosas.

El oídio ha estado presente con fuerza durante toda la temporada y ahora con racimos que llegan a madurez; la botritis ha tomado fuerza, en bayas partidas o hairline, producto de grandes calibres. Nuestro énfasis está en que se deben mantener aplicaciones periódicas para control de enfermedades, sobre todo en aquellas variedades cercanas a cosecha, alternando productos específicos con aquellos de amplio espectro de control.

Respecto del color, se ha favorecido con las oscilaciones térmicas y en general los patrones de variedades rojas y negras están llegando a sus requerimientos de color sin mayores problemas. En años como este debemos ser extremadamente prolijos para trabajar y no dejar ningún manejo de lado, sobre todo ventilación de los parrones, canopias livianas y racimos sin hojas cercanas que den condiciones de microclima húmedo.

Según la voz de los expertos, tenemos varios factores a favor para lograr una buena temporada, en cuanto a buena producción (volúmen y calidad) y con el mercado internacional más despejado que en otras temporadas. Por eso el llamado es a no perder esta oportunidad y que los exportadores cuiden muy bien su comercialización y puedan demostrar su buena calidad y condición de uvas a exportar.La entrevista fue publicada previamente en la web: www.uvanova.cl

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