El 20 de mayo se celebró el día mundial de las abejas, esta fue una propuesta de la República de Eslovenia, apoyada por la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultores (Apimondia) y la FAO y fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017.

Con esta idea lo que se pretende es contribuir a atraer la atención sobre el papel esencial que desempeñan las abejas y otros polinizadores para mantener sanas a las personas y al planeta. Según la FAO es una oportunidad para que gobiernos, organizaciones, la sociedad civil y los ciudadanos interesados en cualquier lugar promuevan acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, incrementen su abundancia y diversidad, y apoyen el desarrollo sostenible de la apicultura.

La fecha para esta celebración se eligió porque en ese día nació Anton Janša, un pionero de la apicultura moderna. Pertenecía a una familia de apicultores en Eslovenia, donde la apicultura es una importante actividad agrícola con una larga tradición.

Enseguida algunas consideraciones que hace el Organismo Internacional para entender la importancia de esta actividad que aún es incipiente en Ecuador.

Durante siglos, las abejas, siempre tan atareadas, han beneficiado a las personas, las plantas y el planeta. ¿Pero sabía que las abejas no son las únicas que sostienen la vida en la Tierra? Al transportar el polen de una flor a otra, las abejas, mariposas, aves, murciélagos y otros polinizadores posibilitan y mejoran la producción de alimentos, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y la nutrición. La polinización tiene también un impacto positivo en el medio ambiente en general, ayudando a mantener la biodiversidad y los dinámicos ecosistemas de los que depende la agricultura.

Un informe del Ministerio de Agricultura de Ecuador indica que el país podría proyectarse a ser uno de los primeros productores de miel de abeja, a nivel de Sudamérica para lo cual se anunció un Plan Estratégico 2015 – 2020, con el propósito de fortalecer la población apícola en el país, “Ecuador tiene tremendo potencial para la apicultura; son 200 mil colmenas y en la actualidad tenemos apenas 912 explotaciones apícolas con 12.188 colmenas catastradas” se indicó en el informe.

Por todo lo mencionado anteriormente se realizó en el Ecuador el Primer Tour Internacional Apícola en Sudamérica, organizado por El Ministerio de Agricultura y Ganadería y la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. En un programa de cuatro días, expertos de distintos países ofrecieron sus conocimientos sobre la situación actual de la apicultura, la importancia de esta actividad y los esfuerzos que se están realizando para incrementar la producción de miel.

Franklin Sandoval, uno de los organizadores del Tour Apícola en Ecuador quien es apicultor en el país, expresa que aún no se puede hablar de logros en el sector apícola ecuatoriano debido a que la cantidad de colmenas es muy baja en relación a la superficie del país; en Ecuador hay cerca de 15.000 colmenas, mientras que Israel con una superficie similar a la provincia de Imbabura tiene más de 120.000 colmenas.

Para Sandoval, la clave para explotar el potencial apícola en el Ecuador, es el conocimiento y, sobre todo, la necesidad de un cambio generacional, indica que la mayoría de apicultores son mayores de 40 años porque los jóvenes prefieren migrar a la ciudad.

En cuanto al conocimiento, considera que es necesario un equipo de ecologistas y protectores del ambiente que se enfoquen en la capacitación, ya que, por desconocimiento, muchas personas destruyen los enjambres, lo que afecta la apicultura y la producción de alimentos.

Según   Lucas Martínez, de la Sociedad de Apicultores de Argentina, la actividad apícola está creciendo en el mundo por la demanda de alimentos naturales.

Sin embargo, cree que la apicultura podría crecer mucho más si las autoridades y productores estuvieran conscientes de la importancia de la abeja y la polinización.

Señala que Argentina y México son los grandes productores y exportadores de miel, en el caso de Argentina, el país exporta el 85% de lo que produce y el principal destino son países de la Unión Europea, Alemania, Francia e Italia y su otro gran mercado es Estados Unidos.

Martínez considera que se necesita de personas que deseen emprender y que tengan respeto por la abeja y el medioambiente para que la actividad apícola siga en aumento en Sudamérica

Además, enfatiza que no es un trabajo fácil y que aparte de la vocación, es necesaria la capacitación y el aprendizaje.

Para Isabel Cueva, de la Fundación Mujeres Apícolas de Argentina la industrialización es el camino para desarrollar una efectiva actividad apícola, como en el caso de Argentina que gracias al crecimiento de esta industria se ha convertido en el segundo exportador a nivel mundial después de China y en el 2017 exportó 95.000 toneladas.

“Ecuador tiene un potencial increíble, no solo por la diversidad de flora, también por el potencial humano, la idea del tour y los eventos es que los productores puedan adquirir un mayor conocimiento”, enfatizó Cueva y comentó que es muy notorio el interés de los productores ecuatorianos por capacitarse.

Guido Cardoso de la Empresa Apícola   Imbabura considera que el manejo es un factor decisivo para la apicultura, como el mejoramiento genético, debido a que mejorar la raza de las abejas existentes en el país es importante para aumentar la producción.

Además, indica que la industria del Ecuador debe seguir desarrollándose porque la producción actual aún no abastece para exportar; actualmente la Empresa Apícola de Imbabura tiene 700 colmenas y de cada una obtiene 40 litros de miel.

Marco Antonio Muñoz, productor de miel de México, opina que Ecuador es un paraíso, pero que hace falta aprovechar toda la riqueza natural que posee.

Como primer punto, expresó que se debe prestar atención a los agros insumos, debido que en Latinoamérica se usa productos que no son permitidos en Europa y esto puede ser un obstáculo para la comercialización de miel. Y como recomendación el experto comentó que es necesario que el Ecuador cambie el tipo de abeja con el que se trabaja y comience a utilizar híbridos como la mezcla entre la abeja africana y la europea por su mejor fecundación; además indica que hay que disfrutar de todo el beneficio de las abejas porque es buen negocio si se lo trabaja con cariño.

 

Fuente: Periódico El Productor

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