David O’Sullivan es embajador de la Unión Europea ante Estados Unidos en un momento turbulento de la relación entre ambas economías, con un inquilino en la Casa Blanca que ataca con dureza a sus aliados tradicionales y los equipara al régimen de Xi Jinping.

“La UE es posiblemente tan mala como China, solo que más pequeña”, dijo Donald Trump. O’Sullivan trata de quitarle peso al asegurar que los estadounidenses, de Clinton a Bush, pasando por Obama, siempre negociaron duro. Frente a las palabras gruesas, el diplomático señala los hechos: el pasado julio, Trump acordó con el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, dejar en suspenso una escalada arancelaria mientras se abren negociaciones.

¿Qué margen ve para el acuerdo con Estados Unidos?

Las conversaciones están yendo bien, aunque tengo la experiencia suficiente como negociador como para saber que nada está acordado hasta que haya un acuerdo formal. Soy optimista en el sentido de que veo una buena base de la cual partir, creo que no habrá nuevos aranceles que no interesan ni a la Unión Europea ni a Estados Unidos.

¿Cómo es negociar con la administración de Trump?

Él es la persona electa, el que tiene el mandato, y la gente que trabaja con él son nombrados, siempre está esa diferencia. Pero los americanos siempre han sido negociadores duros; yo he negociado con la administración de Clinton, de Bush y de Obama. Y siempre han sido negociadores duros. El actual Gobierno también. Y nosotros también lo somos. La situación está equilibrada.

¿Cree que los nuevos gravámenes que planea la Unión Europea a compañías tecnológicas, como Google o Amazon, pueden complicar las negociaciones?

Es un asunto distinto, francamente. Hay serios problemas sobre el estatus fiscal de las compañías de internet, sobre todo con aquellas que están operando en un lugar físico pero no pagan IVA y otros impuestos. No es justo para las empresas europeas que sí los pagan. Y en eso consiste la propuesta de la Comisión.

¿Cree posible un escenario de ‘aranceles cero’ en el sector industrial con EE. UU. en, por ejemplo, cinco años?

Yo creo que podríamos negociar un acuerdo de ese tipo si el lado estadounidense estuviese dispuesto en un periodo de seis a nueve meses. No creo que las negociaciones resultasen complicadas. El proceso de reducción de tarifas a cero (aplicación) podría hacerse gradualmente en tres, cuatro, cinco años. Aunque algunos de los aranceles más sensibles pueden requerir un proceso más largo.

¿Teme efectos a largo plazo en ambas economías por el actual clima de tensión?

Siempre ha habido altibajos en la relación. Hemos tenido polémicas en el pasado por el acero, como ahora con el acero y el aluminio.

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