Ecuador está catalogado como un líder por más de cuatro décadas en el ámbito internacional bananero.  No sólo es el primer exportador de esta fruta desde 1952, sino también es el segundo mayor productor.

Según datos de la Corporación Regional de Bananeros Ecuatorianos (Agroban), al cierre del 2018, Ecuador exportó un total de 344,87 millones de cajas que representó un 6,51% más que el 2017, con generación de divisas de más de 2.700 millones de dólares y de empleos directos e indirectos de 700 mil plazas, creando impuestos de 80 millones de dólares anuales, lo que lo convierte en el primer exportador mundial de banano con una participación del 31%.

Los principales mercados a los que se exportó banano fueron la Unión Europea con una participación del 32,58%, Rusia con participación del 22,17%, Medio Oriente con el 13,94%, Estados Unidos con el 10,32%, Cono Sur con el 7,45%; Asia con el 6,07%; Europa del Este con el 4,12%; África con el 1,97%; Oceanía con el 1,03% y Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) con el 0,37%, es decir, el Ecuador exporta a todo el mundo.

Para Gustavo Marún presidente de Agroban, este año se vienen muchos retos, ellos como gremio han firmado un convenio con la Universidad de California (UCDavis) para un diagnóstico sobre sustentabilidad del sector bananero, una herramienta de trabajo importante para proyectar el futuro del país, proyecto en el que han contado con toda la cadena de banano.

De igual manera Agroban y Acorbanet junto a otros productores y exportadores de banano, han conformado el comité técnico Rainforest de Ecuador con la participación de todos los sectores involucrados en esta certificación y con la Escuela de Negocios IDE, ya han culminado el 4to curso de Gerencia de Banano.

Sin embargo, argumenta Marún, pese a lo anterior quedan muchas tareas pendientes en el sector, en la que el Gobierno Nacional es un actor importante. “Primero en la firma de nuevos Acuerdos Comerciales con Rusia, EFTA, Japón, Corea del Sur, entre otros, por otro lado trabajar en el incremento de la productividad para que los productores optimicen los costos fijos y obtengan una mayor rentabilidad; en tercer lugar contar con una regulación integral en el sector bananero, adaptándola a la realidad del mercedo actual; además contar con un sistema de tributación real sobre todo en la parte de exportación que se evidencia una doble tributación; y finalmente adaptar la normativa laboral en banano a la realidad actual” expresó.

Ley del banano

El dirigente  fue enfático en afirmar  que AGROBAN y otros gremios expresan su total rechazo y  preocupación sobre el Proyecto de Ley de Banano, Plátano, Orito y otras musáceas afines, y su Informe para primer debate, debido a  que no contempla los cambios trascendentales que requiere el sector para generar competitividad  que permita a su vez  dinamizar las exportaciones de banano; más con lo pretendido las limitaría y frenaría aún más; adicionalmente sigue promoviéndose  tramitologías absurdas y sanciones desproporcionadas, violando preceptos constitucionales sobre todo contenidos en el artículo 76 de la Constitución de la República del Ecuador.

Se requiere en consecuencia, dice el dirigente, que la normativa que rija al sector pase por un análisis y estudio técnico riguroso, con el objeto que reconozca las necesidades prioritarias para la producción y comercialización de banano y otras musáceas, con una visión estratégica integral que reconozca al mercado y, por ende, lograr construir el escenario idóneo, sustentable y sostenible, para los actores de esta cadena, fiel a un plan de manejo competitivo para esta industria. “Es importante en todo este proceso, la participación activa de las distintas carteras del Estado relacionadas con la producción, comercialización y exportación de la fruta, como son el Ministerio de Agricultura y Ganadería, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Comercio Exterior, Ministerio del Ambiente y Agua, entre otros, para una completa retroalimentación” indicó Marún.

Reformas laborales

Ya existe un sistema de contratación especial bananero para las cuadrillas de campo, explica Marún, el problema es que el IESS no ha adaptado su sistema de cobro a esta modalidad, obligándonos a pagar más días de afiliación a personal que trabaja dos o tres días por semana.

Kleber Sigüenza, presidente de la Cámara de Agricultura Zona II, concuerda en que uno de los retos para el sector bananero durante este 2019 debe ser es la aprobación de una nueva ley de banano, pues la vigente a su criterio es “anacrónica” y no guarda relación con la realidad actual.

Sigüenza sostiene que dicha ley debe ser modernizada en base a un consenso real que busque beneficios para el país, incrementando las exportaciones y no cargando sobre costos, pues a su criterio colocar costos extras a las exportaciones impone una serie de tramitologías que además de consumir recursos humanos y tiempo, termina convirtiéndose en un elemento para la corrupción.

“En un país pobre, las leyes deben ser lo más prácticas posibles de modo que la burocracia administrativa tenga menos posibilidades de poner trabas en los procesos” explica el vocero, quien además agrega que los esfuerzos que hacen las autoridades ministeriales para que la producción y exportación de banano en Ecuador sea viable dentro del marco de la actual ley, no son suficientes, la clave está en aprobar una nueva.

La optimización de la fuerza laboral, el encarecimiento de los insumos sobre todo el aceite para la fumigación, el hacer respetar el precio oficial y buscar nuevas alternativas para el control de la sigatoka negra, son los principales retos que Lorena de Andrade productora de Vinces provincia de los Ríos, cree que debe enfrentar el sector este año.

En su criterio el agro dejo de ser un negocio, los altos costos de producción y las constantes exigencias impiden desarrollar más el campo.

Según su experiencia en la actualidad hay que utilizar muy bien los recursos y mejorar los rendimientos para poder sostener los gastos laborales. “Un bananero que se despreocupa de esto, quiebra” enfatizó.

Cree que hay un desbalance entre los pequeños, y medianos ya que son pocas las exigencias para los pequeños y su pago es igual. “Nosotros tenemos que tener certificaciones, uniformar el personal, pagar empleados, que son exigencias que no tienen ellos, veo un desbalance” expresó.

Otro reto para este año, es buscar nuevas alternativas para el control de la Sigatoka Negra, las constantes lluvias han aumentado el problema, hemos tenido que aumentar las fumigaciones y veo que se está creando resistencia al hongo, lo que nos tiene preocupados, recalcó.

En cuanto al Mal de Panamá, expreso que es poca la información que se ha dado, pero que ante las noticias ellos están preparándose en su finca.

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