Cremas, jabones y bebidas aromáticas son parte de los 10 productos elaborados con cannabis no psicoactivo, que ha desarrollado CannAndes. Se trata una empresa ecuatoriana que posee el primer cultivo legal del Ecuador, autorizada para cosechar y procesar la planta, con fines terapéuticos e industriales.
Saboreando un té de cannabis con jengibre, Klaus Graetzer, presidente de CannAndes y gerente de la florícola Boutique Flower’s, explica que están tramitando los registros sanitarios para sacar al mercado nacional estos artículos.
Desde hace seis meses, en la florícola -ubicada en Pedro Moncayo, en el norte de Pichincha- florece el cannabis en una hectárea (ha), rodeado de rosas de exportación en 30 ha.
Klaus Graetzer, Felipe Norton y Alfredo López, que integran CannAndes, confían en el potencial que ofrece el cannabis no psicoactivo y el cáñamo industrial. Es por eso que luego de que se despenalizó a estas variedades vegetales, con menos del 1% de tetrahidrocannabinol (THC), solicitaron los permisos correspondientes.
El 19 de octubre del 2020, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) emitió una norma para regular siete tipos de licencias para este insumo.
CannAndes posee todas ellas, que les faculta a realizar importación y venta de semillas, producción y venta de semillas y cogollos, producción de cannabis no psicoactivo y cáñamo industrial, desarrollo genético, producción y procesamiento de derivados y comercialización y exportación.
Los tres emprendedores tomaron la delantera a escala nacional. Mientras tramitaban las licencias, el año anterior, realizaron contactos con empresas proveedoras de la semilla de cannabis. Hoy en un invernadero germina la variedad Cherry Oregon, que importaron de Estados Unidos.
Una y otra vez, Graetzer reitera que el cannabis no psicoactivo, cuyo componente es el cannabidiol (CBD), no tiene nada que ver con la marihuana o cannabis psicoactivo (THC). “Esta última variedad sigue prohibida en el país”, explica.
Pedro Moncayo es el cantón con más hectáreas aprobadas para el cultivo de cannabis (48 ha). Este cantón y Mejía concentran el 73% del área aprobada en Pichincha.
De hecho, Pichincha, Guayas y Cotopaxi agrupan la mayor parte de las 46 licencias otorgadas por el MAG.
A diferencia de Estados Unidos, Suiza y Colombia, que han desarrollado una industria del cannabis, se considera que Ecuador tiene ventaja. Como referencia está Pedro Moncayo, en donde se ha asentado el 40% de los 442 planteles florícolas del país. Ahí se producen las mejores rosas del planeta.
Entre las virtudes naturales de esta zona está la luz solar perpendicular durante todo el año, clima templado, agua y tierra fértil. A eso se suma la infraestructura y personal calificado, como en el caso Boutique Flower’s, que tiene además un laboratorio y una planta de extracción del aceite.
Ahí se busca la mayor cantidad de usos que se le puede dar al CBD. Este elemento -con propiedades analgésicas, antiinflamatorias, ansiolíticas, anticonvulsionantes, antipsicóticas y neuroprotectoras- se puede usar en líneas medicinales, cosméticas y alimenticias.
Uno de los productos de mayor demanda es el gotero de CBD, que está recomendado para controlar el dolor, relajar la ansiedad y mejorar el sueño.
La mayor cantidad de cannabidiol está en la flor de la planta. Cuando la prioridad es obtener flores o cogollos de calidad se sugiere el cultivo en invernadero. Pero cuando está dirigido a la producción industrial de fibra, que proviene de los tallos, es mejor sembrar la planta al aire libre en el litoral.
CannAndes tiene previsto cultivar cannabis en la Costa. Dentro de tres o cuatro meses se prevé sembrar en 25 ha, en terrenos que tiene la empresa en Chongón, Guayas.
Aunque no hay datos de rentabilidad del cannabis en el país, por ser un cultivo nuevo, se tiene como referencia Colombia. Allá se facturan USD 500 000 por ha al año. Es decir, es el doble de ganancias en relación con 1 ha de rosas, comenta Klaus Graetzer, mientras recorre la plantación.
