Fortalecimiento institucional y mayor control a los actores del mercado de valores de Ecuador son algunos retos que tiene el sector, que busca ser más dinámico.
El mercado de valores en Ecuador espera mantener la tendencia al alza en sus negociaciones, que se elevaron 32% entre 2020 y 2021.
Aunque para que su crecimiento sea sostenible el mercado deberá trabajar en cinco retos, según dos expertos consultados por PRIMICIAS.
Para ello son necesarias reformas, que se espera sean contempladas en el proyecto de ley de inversiones anunciado por el Gobierno el cual abordaría al mercado de valores.
1. Fortalecer las instituciones
Pese a que las negociaciones en bolsa han crecido, estas podrían ser mayores, pero el mercado de valores ecuatoriano ha tenido que enfrentar dos escándalos desde 2020.
Uno de ellos ha sido protagonizado por las empresas Ecuagran y Delcorp, que registran millonarios impagos por la negociación de facturas comerciales y obligaciones corporativas. El segundo escándalo es el desfalco al Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol), por más de USD 900 millones.
En el atraco al Isspol son investigados exmiembros del Depósito Centralizado de Compensación y Liquidación de Valores (Decevale). También lo están exautoridades de la Bolsa de Valores de Guayaquil (BVG), y casas de valores.
Para el mercado bursátil, el Decevale es una institución importante, pues se encarga de realizar operaciones de compensación, liquidación y custodia de los valores negociados. Esos escándalos han hecho que el mercado deba recuperar la confianza.
Para ello, “se tiene que fortalecer la supervisión y las instituciones”, dice Fernando Simó, presidente de la Asociación de Casas de Valores (Asocaval).
Agrega que, en parte, eso se ha logrado con los cambios de administración en las bolsas de valores del país en 2020 y 2021.
2. Calificaciones de riesgo adecuadas
El fortalecimiento de las instituciones también aplica para las calificadoras de riesgo, sostiene Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la UDLA.
¿Por qué? Mosquera explica que eso se debe a que:
– Hay calificadoras que no tiene una metodología fuerte para evaluar.
– Existe conflicto de interés porque las empresas que son calificadas a su vez son quienes pagan a la calificadora de riesgo por el servicio.
Ese conflicto de interés condiciona una calificación de riesgo que permite a una empresa a salir al mercado, sostiene Mosquera.
Eso ha derivado en el predominio de calificaciones de riesgo AAA, que significan “excelente capacidad para cumplir las obligaciones de capital e intereses”, pero que, ante cualquier problema, inmediatamente pasan a “default” o no pago.
“Alguien está haciendo mal su trabajo si todas las calificaciones son AAA o AA y al poco tiempo los emisores caen en mora y desaparecen los gerentes”, dice Mosquera. Eso ocurrió con Ecuagran y Delcorp.
Mosquera sostiene que para evitar esos escenarios se necesita mayor regulación en la gestión, la metodología y la operación de las calificadoras de riesgo.
Según ley de Mercado de Valores, la calificación de riesgo es la “opinión que emite una calificadora de riesgo sobre la solvencia y probabilidad de pago que tiene el emisor para cumplir con los compromisos provenientes de sus valores de oferta pública”.
3. Más renta variable
Otro reto del mercado de valores es aumentar el volumen transado en renta variable, que es la base del crecimiento de las compañías, dice Simó.
En Ecuador los papeles de renta variable son las acciones y los certificados de aportación, que representan la participación de los socios en el capital social de las mutualistas.
La renta variable es un tipo de inversión en la que la recuperación del capital y la rentabilidad no están garantizadas, ni son previamente conocidas.
En 2021 los títulos de renta variable representaron apenas el 0,25% del total de volumen negociado en el mercado de valores ecuatoriano, que ascendió a USD 15.702 millones.