A pocos kilómetros de Guayaquil, en la provincia de Santa Elena, la decisión de un grupo empresarial de cultivar en la Presa de Azúcar, tomate bajo invernadero está dando sus primeros frutos.
André Velarde, quien pertenece al grupo Castro Reyes, expresó a este medio que no fue una decisión fácil de emprender por ser una experiencia nueva en clima tropical.
“Vimos un sueño de ver al pueblo consumiendo productos sanos, y quisimos ingresar en los orgánicos, seis meses antes de empezar la construcción se hizo un estudio, y vimos que es completamente rentable ya que se pueden controlar todas las condiciones para tener una gran calidad en el tomate, los jóvenes tenemos que innovar el campo y trabajar por el país” expresó el empresario.
Según Velarde en el proyecto que se inició con 1040 metros, la inversión inicial fue de 16000 a 17000 dólares que se recuperará en dos años, “Este es el primer invernadero que hemos construido pero nuestro proyecto es hacer 15 más para sembrar cantidad de hortalizas orgánicas” expresó.
Agregó que por la calidad de la fruta ya tienen asegurado el producto donde el kilo estará entre 1,50 y 2 dólares.
Manuel Donoso, quien es técnico y asesor del proyecto recalcó que la idea es dar al consumidor alimentos de buena calidad, evitar con invernadero la proliferación de plagas y enfermedades y reducir gastos de insumos.
Destacó que lo importante es utilizar semilla certificada de buena calidad, para ello el proyecto usa semillas de Israel “tenemos dos híbridos que se han comportado muy bien y tienen un color rojo sin igual y mayor sabor que no se daña tan rápido y la calidad no se pierde, puede aguantar hasta 20 días en casa conservando su textura.
Explicó que se utiliza un plástico que libera el calor dentro del invernadero y han hecho algunas técnicas traídas de España en el techo donde se pintan algunas franjas bajando el calor y permitiendo trabajar sin problemas. “Este tomate puede tolerar hasta 42 grados, con estas técnicas de encalado al techo hemos logrado bajar hasta 5 grados” dijo Donoso.
Añadió que con esta práctica han logrado reducir la entrada de plagas porque además cuentan con una malla anti áfidos, “trabajamos con preventivos como hongos entomopatógenos, bacterias, microorganismos y abonos orgánicos certificados” enfatizó.
Finalmente recordó que en el sistema desde la puesta de la semilla hasta la cosecha se van 85 días donde se pueden hacer dos cosechas por semana y pasar dos o tres meses cosechando. Sin invernadero puede reducirse la cosecha, indicó.
Fuente: El Productor / www.elproductor.com
Me parece excelente el cultivo de tomate orgánico ,como se podría financias las semillas .Yo tengo el terreno de algunas vetarías .Que está localizado en el Segundo los bajos ,vía Tohalla .