La conflictividad política y social interna y la recesión económica de Estados Unidos, constan entre los mayores riesgos que afronta Ecuador.

Ecuador será uno de los países de Latinoamérica que menos crecerá en 2022, según las proyecciones de organismos multilaterales y bancos de inversión.

Por ejemplo, el 15 de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que el Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador crecerá 2,9% en 2022. Es decir, 0,6 puntos porcentuales menos frente a la última previsión.

Las proyecciones menos optimistas sobre el desempeño de la economía responden a cuatro choques externos y dos choques internos, explica Fidel Jaramillo, profesor de la UDLA y exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Choques externos

  1. Desaceleración mundial

Estados Unidos y China crecerán menos o, incluso, podrían tener recesión en 2022, porque están desmontando sus políticas fiscales y monetarias expansivas, que implementaron al inicio de la pandemia de Covid-19.

Entre las políticas figuran subsidios y transferencias en efectivo que hicieron muchos países a su población a manera de paquetes de socorro financiero por la pandemia. Con el paso del tiempo, las políticas expansivas han impulsado la inflación.

Por ejemplo, Estados Unidos tuvo una inflación de 9,1% en junio de 2022, la cifra más elevada en los últimos cuarenta años. El incremento de la inflación erosiona el poder adquisitivo de los hogares, que hacen recortes en alimentación, salud y educación.

Lo anterior puede provocar en Estados Unidos una caída de la demanda de productos del exterior y, con eso, una reducción de las exportaciones de Latinoamérica.

Además, una demanda mundial debilitada producirá una caída de los precios del petróleo, que ha sido un amortiguador para la economía ecuatoriana, porque es su principal producto de exportación.

2. Mayores tasas de interés
En un intento por controlar la inflación, Estados Unidos y la Unión Europea han incrementado las tasas de interés, para desincentivar el crédito.
Un alza de las tasas de interés es una oportunidad para inversionistas que buscan resguardar sus capitales en activos seguros como los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Para Latinoamérica, significa una fuga de capitales y obliga a gobiernos y empresas a pagar mayores tasas de interés para acceder a crédito externo.
El aumento de las tasas de interés también contrae la demanda de trabajadores en las grandes potencias, entre ellos inmigrantes ecuatorianos. Al no poder ahorrar, los ecuatorianos en el extranjero envían menos remesas.
3. Guerra en Ucrania
El crecimiento mundial más débil también responde a la invasión de Rusia a Ucrania. La guerra ha elevado el precio de los combustibles, los fertilizantes y los alimentos, como los aceites vegetales.
Además, el conflicto armado ha hecho que Ecuador pierda mercado para el 4,5% de sus exportaciones, obligándolo a buscar destinos alternativos para sus productos no petroleros.
El sector bananero ha sido uno de los más golpeados por la guerra, debido a las dificultades para encontrar nuevos mercados con normas fitosanitarias compatibles, sostiene el FMI.
A eso se suma la sobreoferta mundial de la fruta, que se traduce en una guerra de precios.
4. Revaluación del dólar
Los choques anteriores han fortalecido el valor del dólar, restando competitividad a Ecuador, que tiene una economía dolarizada hace más de dos décadas.
La apreciación del dólar encarece las exportaciones de Ecuador, en un contexto en el que los hogares priorizan precio sobre calidad, por la disminución de su poder adquisitivo.
El fortalecimiento del dólar y la inflación también impulsa a las familias ecuatorianas a gastar en países vecinos.
Colombia y Perú resultan más baratos para los ecuatorianos por la tasa de cambio de sus monedas frente al dólar.
Choques internos
Para contrarrestar los choques externos, la economía ecuatoriana debería mejorar internamente la producción, las exportaciones y la inversión, dice Jaramillo.
Pero lograrlo no es factible en el contexto actual. ¿Por qué? Por la convulsión política y social que enfrenta el país, reflejada en el paro nacional, que se realizó entre el 13 y 30 de junio.
“En medio de una mala situación externa, las perspectivas económicas del país empeoran por la mala situación interna“, sostiene Jaramillo.
Convulsión política
El primer choque interno que enfrenta el país es la convulsión política, que empezó con la pugna de poder entre el Gobierno y la Asamblea Nacional. El Legislativo archivó el proyecto de ley de Atracción de Inversiones y aplazó el tratamiento de otras reformas, como la laboral.
“La confianza podría decaer si el gobierno enfrenta desafíos para transformar de manera duradera la economía, implementar reformas, combatir el crimen o continuar con una sólida gestión macroeconómica”, sostiene el FMI.
En junio de 2022, la pugna entre la Asamblea Nacional y el Ejecutivo se ahondó, llegando a un intento de destitución del presidente Guillermo Lasso por parte de la Asamblea.
Aunque, la iniciativa, promovida por el bloque político correísta UNES, no prosperó, pues logró 80 votos de los 92 que eran necesarios.

Convulsión social

La crisis política y el descontento social derivaron en un paro nacional de 18 días, que le costaron al país USD 1.000 millones, según el Banco Central.

La convulsión sociopolítica ha elevado el riesgo país de Ecuador, que cerró en 1.540 puntos el 18 de julio.

El riesgo país mide la capacidad de un país de pagar su deuda. Mientras más elevado es el puntaje de ese indicador, mayor es la probabilidad de que el país caiga en mora.
Un riesgo país elevado encarece el acceso a crédito en el extranjero para el Estado y las empresas y puede provocar una fuga de capitales.
“Cuando una situación se complica, los empresarios y los inversionistas priorizan el envío de capitales a países con menores niveles de riesgo“, afirma Jaramillo.
Pese al contexto interno y externo desfavorable para la economía, Jaramillo considera que el sector productivo de Ecuador es capaz de enfrentarlos.
Una recomendación apunta a la internacionalización de las empresas ecuatorianas, para que atiendan segmentos de mercado específicos en el extranjero.
Además, las empresas y el Gobierno pueden aprovechar la figura de Alianzas Público Privadas (APP), para desarrollar proyectos como la rehabilitación vial, dice Jaramillo.

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