Se trata del primer hallazgo de Nosema spp., un parásito presente en casi todos los países del mundo que hasta ahora no se había encontrado en Colombia, el cual produce una enfermedad que se desarrolla en el intestino de las abejas causando su muerte prematura. A pesar de su microscópico tamaño, se convierte en una gran amenaza para la polinización, la biodiversidad, la producción de alimentos y el sector apicultor.
La presencia de este parásito microscópico en el país se anunció en el marco de la COP16, realizada en la Zona Verde de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, durante el Primer Encuentro Internacional sobre Parásitos Asociados con Hymenoptera: Apidae, con el objetivo de motivar el desarrollo de otros trabajos de investigación en abejas melíferas, una especie vital para los ecosistemas y la agricultura.
Nosema spp., invisible a simple vista, fue detectado inicialmente en España y Asia, pero con el tiempo se ha extendido a varios países del mundo y América Latina, como Uruguay, Chile y Brasil. El microparásito invade las células epiteliales del intestino medio de las abejas, impidiendo la adecuada absorción de nutrientes y debilitando sus defensas, hasta causar la muerte antes de tiempo.
Aunque es probable que unas pocas abejas infectadas no afecten gravemente la colmena, la situación se agrava cuando la enfermedad que produce el parásito –conocida como nosemosis– se multiplica rápidamente y genera despoblamiento con un potencial colapso de la colonia.
El descubrimiento fue realizado por el Grupo de Investigación en Parasitología Inmunología y Enfermedades Infecciosas (Parinei) de la UNAL Sede Palmira, y confirmado por el experto Martín Pablo Porrini, investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina), reconocido en el mundo por su trabajo en el estudio de la nosemosis de las abejas y su impacto en los ecosistemas.
Para el hallazgo se realizó un muestreo piloto en 3 apiarios, 2 en el Valle del Cauca y uno en Cauca. Las muestras se analizaron con equipos de alta definición del Laboratorio de Parasitología Inmunología y Enfermedades Infecciosas y Microscopía e Imagen de la UNAL Sede Palmira. Esta detección inicial marca un importante avance en la caracterización de enfermedades de insectos polinizadores, hasta ahora inexploradas en el país. Mientras tanto, el grupo de investigación trabaja en el reporte.
Según informó el profesor Javier Antonio Benavides Montaño, líder del grupo de investigación Parinei, “hoy, con la ayuda del profesor Porrini, hemos identificado esporas de este parásito en apiarios vallecaucanos; sin embargo tenemos que seguir investigando, ya que su presencia indica que tenemos que aprender más y seguir haciendo estudios para conocer el impacto en los apiarios relacionados con su presencia”.
El microparásito puede tener graves consecuencias para la apicultura, especialmente en un país como Colombia, donde las abejas no solo son esenciales para la producción de miel sino también para la polinización de numerosos cultivos comerciales. Por ello se requiere mayor investigación que permita entender la presencia de este agente en la actividad apícola y con otros polinizadores.
La enfermedad no es necesariamente grave, y aunque su presencia puede generar estrés en la colmena durante todo el año, no resulta tan letal como otros parásitos más agresivos. Si su impacto se entiende adecuadamente es posible implementar medidas paliativas y preventivas que ayuden a mitigar sus efectos.
Los apicultores pueden tomar algunas medidas. El investigador Porrini explicó que “para bajar las cargas de este parásito es fundamental hacer un trabajo activo en la limpieza y el cuidado del material, como el recambio de los cuadros viejos de la cera que la abeja estiró en su momento, y con el ciclo reproductivo y de cría se fue envejeciendo, acumulando posiblemente restos de estas esporas infectivas; también es importante mantener una reina fuerte”.
Amenazas a la biodiversidad de las abejas
La docente Guiomar Nates Parra, profesora emérita de la UNAL, experta en abejas y una de las principales ponentes del encuentro internacional, informó que “el cambio climático, la deforestación, la expansión de la frontera agrícola, la ganadería, el mal manejo de los hábitats y el transporte de colmenas fuera de sus áreas naturales son algunas de las principales amenazas, ya que reducen sus sitios de nidificación y sus fuentes alimenticias”.
Enfatizó además en que “el transporte de abejas a nuevos hábitats puede introducir microorganismos no nativos, lo cual aumenta el riesgo de enfermedades y afecta tanto al ecosistema receptor como al de origen”.
La falta de estudios sobre abejas nativas y sus enfermedades añade otra dimensión crítica al panorama, ya que hasta ahora se sabe poco sobre cómo estas enfermedades afectan a las especies de abejas sin aguijón, las cuales cumplen un rol esencial en la polinización de plantas nativas.
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