El ajo es bueno no solo para el organismo de los humanos o para ahuyentar vampiros en la ciencia ficción, sino que también es un ingrediente especial para alimentación de los peces, pues baja sus niveles de glucosa y colesterol en la sangre y les provee una “armadura” natural, gracias a que activa una proteína que protege las células y les da resistencia ante las enfermedades o el estrés que les producen las temperaturas extremas. Una investigación determinó estos cambios en 81 tilapias rojas que se cultivan y consumen en regiones como Cundinamarca.
También conocido como mojarra roja, este pez es muy apetecido en restaurantes, hogares y plazas del país; su sabor es inconfundible y se sirve frito o sudado, acompañado de arroz, papa y plátano. La tilapia es el resultado de un cruce entre cuatro especies, tres de ellas africanas y una del sudeste asiático, algo curioso porque suele creerse que es originaria de Colombia, y no es de extrañar, pues es uno de los peces más cultivados en el país.
La Federación Colombiana de Acuicultores señala que en 2022 la tilapia en general (tanto la roja como la negra) ocupó el 56 % de la producción nacional, y que ese mismo año se alcanzó un 92 % de exportaciones a Estados Unidos, rompiendo el récord de envío a otros países, al superar la barrera de las 200.000 toneladas, con un crecimiento del 193 % desde 2015.
Por su importancia económica y por las alertas de enfermedades como la estreptococcosis –que en 2023 prendió las alarmas porque puede tener una mortalidad alta–, el grupo de Fisiología de peces de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), liderado por los profesores Miguel Ángel Landines de la UNAL y Camilo Alberto Prieto, de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA), se interesó en encontrar dietas y suplementos que le ayuden a la tilapia roja a ser más resistente ante temperaturas extremas, para que los productores no dependan del uso indiscriminado de antibióticos, que aunque son necesarios en caso de enfermedades, en exceso terminando generando resistencia en los peces.
En esta búsqueda, la investigadora Melissa Espejo Cortés, magíster en Salud y Producción Animal de la UNAL e integrante del grupo, posó su mirada sobre el ajo. ¡Así como lo leyó! Un alimento ampliamente descrito como beneficioso para los seres humanos, tanto para fortalecer su sistema inmune como para reducir el colesterol y la presión arterial y cuidar el corazón, entre otros beneficios. De hecho, es muy común escuchar a personas que dicen comerse un ajo en ayunas todos los días para mejorar su salud.
Como explica la magíster Espejo, “en el caso de los peces, aunque se ha estudiado su efecto en el organismo, todavía se conoce poco acerca de su acción en tilapias rojas, por lo que esta investigación es un aporte a esta exploración de aditivos en las dietas de los animales”.
¡Como pez en el agua!
Las tilapias rojas se crían en grandes lagos y en tanques, en los que reciben su alimento y crecen hasta que tienen el peso ideal para sacarlas y venderlas. Pero uno de los principales inconvenientes en este proceso es que los peces están hacinados, pues donde antes se ponían 10 ahora se ponen 50 individuos, lo que agrava el riesgo de que haya enfermedades diseminándose, además de que factores como la temperatura y la calidad del agua afecten el crecimiento.
La investigadora utilizó 9 tanques con 3 tilapias en cada uno, y allí, durante 46 días, les suministró 3 dietas distintas: al grupo 1 lo alimentó con una dieta similar a la comercial, con proteína, grasas, vísceras de pollo o aceite de pescado; al grupo 2 le dio la misma dieta añadiendo un 0,1 % de ajo en polvo; y al grupo 3 le aumentó la dosis de ajo al 0,2 %.
Luego tomó y estudió muestras de cada tilapia y su hallazgo resultó fascinante, pues no solo es novedoso en probar distintas concentraciones de ajo en estos peces, sino que además evidenció que aquellos con estas dietas tenían niveles más bajos de glucosa en sangre, colesterol y cortisol que los que tomaron una dieta sin ajo. Además tenían más proteína HSP70, lo que quiere decir que estas dietas le brindan una protección adicional al sistema inmune.
Un punto fundamental estudiado fue el estrés térmico, para lo cual la magíster varió la temperatura de los tanques dispuestos en los invernaderos de la UNAL, empezando en 24 °C y bajando hasta 20 °C o menos, ya que buscaba entender cómo se da esta cría en lugares aledaños a Bogotá, en los que el frío puede dificultar la producción.
Las tilapias alimentadas con ajo también resistían mejor al frío, y se espera que en futuras investigaciones se pongan a prueba sus capacidades ante la inminente subida en los grados de temperatura de la tierra en los próximos años.
La magíster explica que si las tilapias rojas tienen defensas más fuertes se podrán proteger mejor frente a bacterias y virus –como se ha demostrado en otras investigaciones– que ronden los tanques en donde se cultivan, y que a veces son difíciles de controlar por su rápida dispersión y sus mutaciones.
Como dato curioso, la investigadora añade que aún no se sabe si el ajo produce un sabor distinto en esta carne, pues aunque se han adelantado paneles sensoriales con expertos en otros peces, esta sigue siendo una opinión subjetiva y no tan precisa.
Esta investigación, que tuvo distinción meritoria, se convierte en un paso importante para seguir protegiendo a la tilapia roja en el país, un pez que no solo es uno de los más importante del mundo, sino que además se ha convertido en uno de los más apetecidos por las familias colombianas, ya que se cultiva en todo el territorio nacional, donde hay lugares con temperaturas más favorables, y entender su resistencia a estos ambientes es indispensable.
https://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/ajo-en-polvo-mejora-el-sistema-inmune-de-la-tilapia-roja