Cuando el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), Asuntos Globales de Canadá y la Fundación Bill y Melinda Gates pidieron a los científicos que crearan vacunas contra enfermedades olvidadas del ganado en países de ingresos bajos y medios para mejorar la salud del ganado y los medios de vida de los agricultores, un equipo de investigadores de la Universidad de Calgary estaba listo para actuar.
Basándose en asociaciones establecidas en Canadá, África y el sur de Asia, el equipo dirigido por el Dr. Anthony Schryvers, MD, Ph.D., se propuso diseñar una vacuna contra la septicemia hemorrágica, una enfermedad bacteriana mortal que destruye el ganado y los medios de vida.
«Esta enfermedad devastadora puede eliminar la pequeña cantidad de ganado o búfalos de los que dependen las familias para su sustento», dice Schryvers, profesor de la Facultad de Medicina Cumming.
«Se necesitaba una vacuna de una sola dosis con una respuesta inmunitaria duradera. Las sólidas relaciones existentes entre el personal docente de medicina veterinaria y humana y con los socios de África y Asia eran esenciales para abordar este desafío».
Schryvers ya había trabajado con los investigadores de la Universidad de Toronto, el Dr. Scott Gray-Owen, Ph.D., y el Dr. Trevor Moraes, Ph.D., en el desarrollo de vacunas para humanos y animales destinados a la producción de alimentos. Su experiencia combinada en selección, diseño y prueba de antígenos proporcionó una línea de antígenos de vacunas nuevos y originales entre los que seleccionar.
«El desarrollo de una nueva vacuna se basó en una investigación fundamental que el equipo de investigadores ya estaba realizando. El trabajo del Dr. Schryvers sobre el diseño y la reingeniería de antígenos, esencial para el desarrollo de la vacuna, fue fundamental, además de que todos los participantes estaban en su lugar», dice el Dr. Guido van Marle, Ph.D., profesor de la Facultad de Medicina Cumming (CSM), director de Asociaciones Internacionales con la Oficina de Salud Indígena, Local y Global, y colaborador de investigación y docencia desde hace mucho tiempo.
La colaboración implicó visitas entre países para comparar métodos de muestreo y diagnóstico de infecciones y comprender la necesidad de una protección duradera contra la infección.
El intercambio de ideas y métodos dio lugar a oportunidades de capacitación sobre técnicas utilizadas en el laboratorio de Schryvers que podrían ayudar en la evaluación de vacunas y su posible producción en Etiopía o Bután.
Schryvers y los coinvestigadores han presentado una solicitud de patente para la nueva vacuna. El siguiente paso es encontrar un fabricante que produzca la vacuna en el mundo en desarrollo, cerca de las granjas que la necesitan
Investigadores crean una nueva vacuna para proteger al ganado de una enfermedad devastadora
