La salud y la integridad de las pezuñas de una vaca son fundamentales para su bienestar general, su productividad y, en última instancia, la rentabilidad de la granja. ¿Qué se puede hacer para fortalecer las pezuñas del ganado?
Qué hace que las pezuñas del ganado sean fuertes y qué papel juega en ello la alimentación complementaria, lo explica el especialista canadiense Amir Nejati en un artículo publicado en el portal Farmtario: “Dentro de la pezuña de cada vaca, una fábrica silenciosa trabaja sin parar, convirtiendo células vivas en cuernos duros como una piedra.
Este proceso, llamado queratinización, es como una cadena de montaje de alto riesgo. Comienza con células blandas que se dividen rápidamente y que gradualmente se llenan de proteínas duras. A medida que maduran, estas células se llenan de hebras fibrosas de queratina. Finalmente, las células mueren, su contenido se endurece y un «pegamento» pegajoso las une. ¿Resultado? Un escudo denso y de múltiples capas que puede soportar todo, desde pastos fangosos hasta pisos de concreto.
Imagina este escudo como una pared de ladrillos. Las células muertas, llenas de queratina, son como ladrillos. El cemento intercelular pegajoso actúa como mortero, uniendo firmemente los ladrillos. Pero, así como un muro se derrumba sin materiales de calidad, el cuerno de un casco se derrumba sin los nutrientes adecuados.
Los minerales y vitaminas, especialmente el zinc, el cobre, el manganeso, el cobalto y la biotina, son los arquitectos y albañiles que aseguran la integridad de la estructura.
El zinc forma y fortalece los “ladrillos”. Activa las enzimas que forman las proteínas de queratina y regula la transición de las células de un estado blando a uno duro. La deficiencia de zinc puede provocar una formación deficiente de queratina, lo que da como resultado cascos más blandos y más susceptibles a lesiones y enfermedades.
Estudios han demostrado que las vacas con niveles bajos de zinc en sus pezuñas son más propensas a la cojera. Se ha demostrado que la suplementación con zinc, especialmente en formas orgánicas como la metionina de zinc, mejora la integridad de los cascos y reduce la incidencia de enfermedades de los cascos.
El cobre suelda átomos de azufre en enlaces permanentes entre las proteínas de queratina, como varillas de acero en el hormigón. Las conexiones débiles significan paredes frágiles propensas a abscesos en la suela y separación de líneas blancas. El cobre también interactúa con el zinc para proteger contra el daño oxidativo, manteniendo la estructura intacta.
El manganeso fortalece los huesos y el cartílago, garantizando una distribución uniforme del peso en los cascos. La presión desigual hace que la pared se incline, acelerando el desgaste y provocando grietas. El manganeso también activa los antioxidantes para proteger contra los factores estresantes ambientales.
Cobalt mantiene la «obra» en funcionamiento. Aunque el cobalto en sí no participa directamente en la formación de queratina, apoya los procesos metabólicos generales que proporcionan la energía y los componentes básicos necesarios para la síntesis de queratina. Como parte de la vitamina B12, proporciona un flujo constante de aminoácidos y grasas, así como las materias primas para la queratina. Ignore el cobalto y todo el proceso se ralentiza: el crecimiento del casco se detiene y las reparaciones se retrasan.
La biotina, una vitamina B soluble en agua, es quizás el nutriente más importante para la salud de los cascos. Es especialmente importante para la formación de ácidos grasos de cadena larga, que son componentes esenciales que se unen a los queratinocitos.
Las investigaciones han demostrado que la suplementación con biotina puede mejorar significativamente la integridad de los cascos y reducir la incidencia de enfermedades de los cascos, como la enfermedad de la línea blanca, las úlceras de la suela y las erosiones del talón. Se ha demostrado que la suplementación con biotina, particularmente en dietas con alto contenido en granos donde la síntesis ruminal puede ser inadecuada, mejora la salud de las pezuñas y reduce la cojera en las vacas lecheras.
No todos los minerales son iguales. Las formas orgánicas o queladas de oligoelementos son mucho más eficaces que sus contrapartes inorgánicas. Estos minerales están unidos a aminoácidos o péptidos, lo que hace que sea más fácil para el cuerpo de la vaca absorberlos y utilizarlos. Las investigaciones muestran que las vacas alimentadas con minerales orgánicos tenían pezuñas más fuertes, menos daños y menores índices de cojera.
Las interacciones entre micronutrientes también son fundamentales para maximizar sus beneficios. Las investigaciones han demostrado que suministrar una combinación de micronutrientes integrales (zinc, manganeso, cobre y cobalto) es más eficaz para mejorar la integridad de los cascos que complementar un solo mineral.
Por ejemplo, un estudio de dos años sobre un hato lechero descubrió que las vacas a las que se les administró un complejo de micronutrientes tuvieron menos incidencias de enfermedades en las patas, como doble suela, separación de líneas blancas y dermatitis digital, que las que recibieron solo zinc o ningún complejo mineral.
La formación de queratina y el mantenimiento de la salud de los cascos son procesos complejos que dependen de muchos nutrientes, incluidos zinc, manganeso, cobre, cobalto y biotina. Estos minerales y vitaminas juegan un papel importante en la diferenciación celular, la integridad estructural y la protección contra el daño oxidativo.
Proporcionar niveles adecuados de estos nutrientes, especialmente durante el parto y el comienzo de la lactancia, es importante para prevenir enfermedades de las patas y cojeras en las vacas lecheras. Al mejorar la biodisponibilidad de estos oligoelementos y vitaminas, los agricultores pueden mejorar la integridad de las pezuñas, lo que se traduce en un mayor bienestar, rendimiento y rentabilidad de los animales”.
Fuente: farmtario.com. Autor: Amir Necati.
PUBLICADO POR: MUNDO AGROPECUARIO
