Surgió como una obra de arte, pero siempre con un mensaje enfocado en la conservación del patrimonio agrícola. Se trata del árbol de 40 frutas; un árbol que, a través de injertos, es capaz de producir 40 distintos tipos de carozos; entre los que se incluyen melocotones, albaricoques, cerezas, ciruelas y nectarines.

Si bien, el árbol de 40 frutas tiene un propósito artístico, también cuenta con otros
potenciales.

Según lo comentado a PortalFrutícola.com por Sam Van Aken, artista, docente de la
Universidad de Syracuse y creador del árbol, este frutal también ayuda a preservar
variedades de fruta que él considera patrimoniales.

“He estado usando los árboles durante años como una forma de preservar el patrimonio de
las variedades de frutas”, explicó.

Van Aken agregó que “con un espacio limitado, puedo ir a un huerto, poner todas las
variedades en un solo árbol para mantenerlas; y seguir cultivándolas hasta que puedan
volver a injertarse en un nuevo portainjerto para árboles completamente desarrollados”.

El desarrollo del árbol de las 40 frutas
En definitiva, lo que se realiza es cortar los brotes de un árbol de frutas e injertarlos a las
ramas laterales de un portainjerto hasta que queden como parte de este mismo árbol frutal.

En el portainjerto van creciendo las ramas de los distintos árboles frutales; los que
generalmente son de variedades aptas para el clima y suelo de la zona en la que se plantan.

Esta innovación podría también ser considerada como una nueva manera de realizar
agricultura urbana. “El árbol de las 40 frutas es particularmente bueno para la agricultura urbana”, explicó Van Aken. Esto se debe a que este nuevo tipo de árbol frutal “produce de 10 a 20 piezas de fruta, por variedad, desde el mes de julio hasta octubre”. Lo anterior se podría considerar una ventaja importante por sobre los árboles de fruta normales.

Además, según Van Aken, la técnica para desarrollar este tipo de árboles no solo se puede
realizar en carozos, sino que también en cítricos.

Las técnicas de injerto, utilizadas por Van Aken, son antiguas y él las conoció debido a que
creció en una granja, en Pennsylvania. Cabe destacar que, cada uno de los árboles que planta, tardan cerca de 5 años para empezar a producir una variedad de distintas frutas.

Por el momento, estos árboles han sido plantados alrededor de Estados Unidos, desde
California a Maine, y pueden ser vistos en universidades, museos e incluso patios.

Ante esto, Van Aken expresó que, si bien no se podría decir que esta iniciativa podría
redefinir la industria de la fruta, sí es una manera de preservar y crear conciencia sobre el
patrimonio de la fruta; y de todos los alimentos que se cultivaron durante siglos por su valor nutricional.

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