Todas las especies avícolas se ven afectadas por las micotoxinas; por lo tanto, es esencial que los avicultores evalúen y mitiguen regularmente la amenaza a sus unidades de producción. Las diversas especies avícolas responden de manera diferente a las provocaciones por micotoxinas, pero los signos clínicos de la micotoxicosis pueden ser difíciles de detectar. El monitoreo cuidadoso, el reconocimiento de los síntomas y los diagnósticos post mortem – conjuntamente con un análisis adecuado del alimento – son la forma más precisa de diagnosticar una micotoxicosis en una gran parvada de aves.
Desafíos del Alimento y de la Cama
El alimento balanceado es el vector esencial para introducir micotoxinas a las parvadas, pero las aves también pueden estar expuestas a toxinas en su lecho. La capa de paja picada puede estar contaminada con altas concentraciones de micotoxinas al momento de la cosecha, aún cuando cualquier tipo de cama se puede contaminar cuando se mantiene bajo condiciones de almacenaje desfavorables.
Problemas de la especie: ponedoras
Las gallinas ponedoras son susceptibles a las micotoxinas por diversas razones. El ciclo reproductivo más largo (70 semanas o más) las convierte en el candidato ideal para la micotoxicosis crónica. Esto pudiera verse influenciado además por el mayor uso de subproductos forrajeros en las dietas de las ponedoras que pueden contener hasta tres veces más micotoxinas que los cereales.
Aún una provocación moderada con micotoxinas afectará la producción de las ponedoras con pérdidas estimadas de 0,07 huevos/gallina/semana, a un costo de $0,05/gallina por semana.
La gama de micotoxinas que afectan a las aves
Las micotoxinas rara vez se presentan aisladas. Dado que un hongo tiene la capacidad de producir varias micotoxinas, varios hongos pueden contaminar un ingrediente del alimento y varios ingredientes constituyen una ración para aves. Las aves suelen enfrentar la amenaza de múltiples micotoxinas, lo cual puede tener como resultado efectos adversos sinérgicos o aditivos.
Algunos de los signos comunes de las micotoxicosis son:
- Consumo de alimento reducido
- Bajas tasas de crecimiento
- Menor producción de huevos
- Menor eficiencia del conversión del alimento
- Mayor susceptibilidad a las enfermedades
- Aumento de la mortalidad
- Mala calidad del cascarón
- Fertilidad reducida
- Problemas de las patas
- Decomiso de la canal
Principales toxinas producidas por los hongos Aspergillus:
Aflatoxina:
Las aflatoxinas son de mayor preocupación en las regiones más tropicales del mundo, donde el clima suele ser caliente y húmedo – son menos preocupantes en los países de clima más frío o templado. Sin embargo, sea precavido si el alimento balanceado es importado de regiones tropicales.
Los patos son la especie más susceptible a las Aflatoxinas, seguidos de los pavos, los pollos de engorde, las ponedoras y las codornices. Las Aflatoxinas son especialmente tóxicas para el hígado de las aves y pueden ocasionar daño tisular y supresión de la síntesis de proteínas en el hígado, lo cual merma la tasa de crecimiento y reduce la producción de huevos. Las Aflatoxinas también inhiben la digestión de los lípidos y los pigmentos en las aves, al reducir la producción de sales biliares.
Las Aflatoxinas también interfieren con el metabolismo de la vitamina D, lo cual significa el posible compromiso de la resistencia ósea y de las patas. También pueden debilitar los capilares sanguíneos, que a su vez aumentarían la incidencia de magullamiento de la canal.
Ocratoxina:
Las Ocratoxinas son producidas por distintos hongos y se encuentran en regiones templadas y tropicales, siendo la Ocratoxina A la más importante. La Ocratoxina A produce daño renal en todas las especies de aves, pero además puede producir hígado graso. La Ocratoxina A es aproximadamente tres veces más tóxica para los pollitos jóvenes que la Aflatoxina.
Las principales micotoxinas producidas por los hongos Fusarium
Fumonisina:
Los pollos de engorde y los pavos parecieran ser relativamente resistentes a los efectos agudos de las Fumonisinas. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que la administración de alimento contaminado con niveles de hasta 200mg/kg de Fumonisina B1 (FB1), produce discondroplasia de la tibia en los pavitos en crecimiento.
Tricotecenos:
Las especies de aves son más sensibles a los Tricotecenos del tipo A que a los tipo B, pero la presencia del tipo A en el concentrado para aves es más baja que la del tipo B. Los Tricotecenos son irritantes y pueden ocasionar lesiones orales. La mayor respuesta fisiológica a los Tricotecenos es la pérdida del apetito, lo cual les ha merecido el apodo de ‘toxinas del rechazo del alimento”, pero también pueden presentar desafíos a la salud intestinal, aumentando la presencia de patógenos y enfermedades intestinales como la enteritis necrótica.
Los síntomas pueden ser múltiples y variados, pero el resultado en todos los casos será un menor desempeño y una pérdida de beneficios económicos.
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