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Existen dos modos diferentes de plantearse la elección de un determinado tipo de cultivo de una determinada especie. En algunas ocasiones, es necesario empezar por valorar el lugar disponible.
Una vez escogida la zona se plantean cuales son los cultivos que se pueden realizar, se estudian las condiciones generales de espacio o la calidad del agua.
Una vez vistas estas características, se estudian las diferentes especies que se podrían cultivar y entonces se toma una decisión sobre qué especie es la más adecuada.
Para la selección de una especie se debe tomar en cuenta el aspectos comerciales, de mercado, científicos y también la existencia de áreas donde sea factible el cultivo de la dieta de la especie.
Por otro lado, existen aspectos económicos y sociales que acompañan la existencia de una zona adecuada y que permitirán, en último término, la selección de una especie.
Las condiciones necesarias para la cría de peces son muy evidentes según el tipo de cultivo que se quiere realizar.
Se debe describir las características de la costa a nivel de la tierra, así como el grado de ocupación. Puede que las aguas de una zona sean idóneas para el cultivo pero la falta de espacio terrestre o su uso para otras actividades económicas sea prohibitivo.
Se debe estudiar la granulometría y características fundamentales.
A través de los ríos, así como a través de las lluvias, se pueden aportar al medio aguas dulces que modificarán la salinidad, que es uno de los parámetros importantes para los cultivos marinos.
El acceso de zonas de agua dulce puede ser importante para la limpieza de las conducciones de agua salada para prevenir las incrustaciones del molusco.
Las horas e intensidad de insolación son parámetros de interés desde dos puntos de vista. Por una parte, los fotoperiodos son importantes para el ciclo reproductivo de los peces y crustáceos y por otra, la energía solar puede implementarse para calentar el agua para otra utilidades donde se requiere agua.
Fuente: botanical|ElProductor.com
