En el año 2018, Ecuador sumaba una población de 17.096.789 habitantes y 4.180.000 cabezas de ganado, lo cual nos da una relación de 4 habitantes por cada res, cuando en países como Argentina la relación es inversa. Por otra parte, se tiene datos de que el consumo de carne de res fue de 9 kilos per cápita (FAO, 2018).

Según esta misma institución, para el año 2011 el consumo de proteína animal de cada ecuatoriano fue de 53.3 kg/año. Esto nos da la pauta de que el consumo de otras proteínas de origen animal, año a año refleja un incremento, siendo hoy en día la aviar la principal fuente de proteína de los ecuatorianos.

Si hoy en día hablamos que el consumo total de proteínas oscila entre los 55 kilos anuales y el consumo anual de carne procedente de ganado vacuno es tan sólo de 9 kilos (uno de los más bajos a nivel continental) ¿en qué ha fallado el sector cárnico? Pero también ¿qué puede hacer para captar más mercado?

Esto nos deja claro que tenemos frente a nosotros tanto un desafío como una oportunidad.

El desafío es recuperar e incrementar ese mercado de consumo.

Es ahí donde los productores tenemos hoy una gran oportunidad, junto con la industria, de fortalecer la cadena en general para satisfacer la creciente demanda interna del país. ¿Cómo hacerlo?

El primer escalón es produciendo y criando ganado de calidad, con aptitudes cárnicas, con buena alimentación y controles sanitarios, que sean transportados adecuadamente y donde el bienestar animal sea prioridad. Otro escalón vital para fortalecer la cadena cárnica es contar con centros de faenamiento certificados, que cumplan todas las reglamentaciones tanto nacionales como internacionales de calidad.

Por otro lado, el manejo de la cadena de frío debe estar garantizado en todo el proceso, donde debe existir también una maduración, corte, empacado y distribución adecuados para su posterior llegada al consumidor final a precios justos.

El objetivo en común que debemos compartir tanto los productores y la industria es continuar fortaleciendo la cadena global para incrementar el consumo de carne de res en el país, en base a la calidad, trazabilidad, bienestar animal e información oportuna al consumidor para mejorar así los ingresos de todos los que forman parte de esta noble actividad como lo es la ganadería de carne.

El futuro se muestra prometedor, con una demanda que día a día crece y exige más, pero para poder disfrutar de esos frutos debemos sembrar desde ya confianza en el sector cárnico del país, creando una cadena honesta y responsable donde la calidad sea la característica principal de nuestro producto.

Lorens Olsen Pons

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