Por: Ing. Damián Guerra Miño MSc.
Ing. Diana Sacoto Acaro

Introducción

El caucho, árbol bondadoso que posee abúndate látex blanco lechoso en su corteza, llamado por los pueblos originarios de la cuenca Amazónica como el árbol Heve y al látex Cahuchu que viene de la palabra taína que significa «lágrimas de árbol»(Amortegi, I. 2001), de donde derivan sus nombres, común y científico (Hevea brasiliensis), es una especie que pertenece a la familia Euphorbiaceae, que crece de manera natural en esta región, posteriormente distribuida y cultivada alrededor del mundo. En 1900, la región del Amazonas producía el 95% del caucho del mundo. Después del acto de biopiratería realizado por Británico Henry Wickham, para 1928 el destino de la industria del caucho amazónico estaba sellado, y su producción satisfacía apenas el 2,3% de la demanda global. La mayor producción de este recurso se ha concentrado en el continente asiático, con el 90% de la producción global, en países como Bangladesh, Camboya, China, India, Indonesia, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Singapur, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam, quienes conforman la Asociación de Países Productores de Caucho Natural, en la cual ningún pais amazónico es miembro. (BBC News Mundo, 2018)

El caucho es uno de los cultivos forestales de mayor éxito dentro del sector agrícola a nivel mundial. En nuestro pais su establecimiento a escala industrial se registra en los años 60s, brindado bienestar y desarrollo a muchas familias de campesinos, es cultivado principalmente en las provincias de Pichincha, Santo Domingo, Los Ríos y Esmeraldas, por reunir las características idóneas para su crecimiento. El Grupo Continental, es considerado el promotor de este cultivo en el Ecuador, ya que, siendo el mayor productor de neumáticos llegó al país en 1962, luego de un intenso proceso investigativo, descubrieron que la humedad y el suelo de Santo Domingo eran idóneos para este cultivo, y en 1966 la firma plantó las primeras 25 hectáreas, en el kilómetro 54 de la vía Quevedo (Revista Lideres, 2018). Para 1968 el pais contaba con 60 hectáreas de plantación experimental, bajo la administración de la empresa Agricultura Comercial S.A., “AGICOM”, una de las empresas del grupo Continental, quienes desarrollarían avances significativos de carácter científico y técnico.

Análisis oferta y demanda

Existe limitada información sobre la superficie plantada de esta especie forestal, se estima que existen alrededor de 4492 hectáreas, (INIAP, 2009). Entre el periodo 2015-2020, se calcula que se aprovecharon de forma maderable y legalmente alrededor de 1300 hectáreas, y se plantaron 206.8 hectáreas, dentro del programa de incentivos para plantaciones forestales comerciales, (MAG, 2020). En relación con las estadísticas de producción y demanda local, estas carecen y varían según la fuente, para (Santi, F. 2014), la producción nacional es de aproximadamente 5000 a 6000 toneladas anuales, mientras que la demanda bordea las 15000 toneladas anuales, demostrando que la producción nacional es insuficiente para cubrir la demanda. Adicionalmente (Herrera, P. 2006) menciona que el pais importo 12000 toneladas de caucho seco para suplir la demanda interna. En el mercado nacional, la industria cauchera presenta un alto nivel de concentración, donde las grandes empresas concentran el 89% del total de activos y el 92% de las ventas, entonces la suma de los activos de las micro, pequeñas y medianas empresas, solamente corresponde al 12% de los activos de las empresas grandes, esta situación supone a que se enfrente a dos problemáticas; primero, las empresas líderes del sector ostenten cierto control sobre los precios y sus competidores, y segundo las normas de calidad y precios internacionales.

Diagnóstico de los productores

Productores y empresas que dependen del caucho alertan de una disminución notable del número de productores y tierras productivas desde el 2015, dando a entender que la producción cauchera en el Ecuador vuelve a perder fuerza y valor en el mercado local e internacional. Federico Santi, lleva 30 años como productor cauchero, señala que “actualmente es el peor momento que vive siendo productor, y que la causa principal es el bajo precio que tiene en el mercado, entre sus memorias comparte que existieron años donde se presentaron precios muy favorables y atractivos para el agricultor”, y señala que en la mejor época (2010), registró precios de $ 2 dólares por Kilogramo, y actualmente recibe $ 0.40 dólares por kilogramo, de materia prima para la industria. Esta realidad no es ajena a la de Mario Patiño quien heredó de su padre este legado productivo, y sostiene que “de continuar los bajos precios del producto no quedan más alternativas que vender la finca o en el mejor de los casos cambiar la plantación de caucho y establecer otro cultivo que mejore su situación económica, tal como lo han hecho otros productores vecinos”, además comenta que la emergencia sanitaria por el COVID 19 agravó aún más esta realidad, ya que el valor que recibe por la venta no les permite cubrir los costos de producción, por que lamentablemente la mano de obra, y los insumos no han bajado de precio.

Una realidad parecida la viven grandes grupos de productores quienes establecieron extensas superficies de este cultivo en sus fincas, que también han sentido los efectos económicos, como lo señala José Sánchez técnico de campo de la Compañía Inversionistas Brisdal S.A, que “el precio que tiene el producto en el mercado resulta insostenible para la compañía y en ocasiones no alcanza para cubrir el pago por mano de obra empleada en la producción y la compañía debe cubrir esos costos de una u otra manera”, entonces desde el punto de vista económico opina que las bajas perspectivas de sostenibilidad del caucho en el mercado y los efectos POSTCOVID19, han influenciado directamente en las decisiones gerenciales generando estrategias que ayuden a minimizar el riesgo económico presente, y para ello vieron la necesidad de cambiar el uso del suelo por otro cultivo más productivo y económicamente rentable que cumpla con los requerimientos de la compañía.

Creciente comercialización de la madera

Las plantaciones de caucho poseen importantes cantidades de biomasa, una hectárea a los 30 años puede llegar a producir entre 100 a 250 m3 de madera, la misma que presentan características físicas y mecánicas favorables para ser utilizada con fines maderables, cualidades que atraen a comerciantes y empresas forestales locales, lo cual hace que se   acelere este proceso de extracción, por ende, la disminución de las superficies productivas de caucho es evidente a corto y mediano plazo. Para comprender lo expuesto se analizaron datos proporcionados por la Dirección de Gestión de Desarrollo Productivo Forestal del MAG, indicando que en el 2015 se movilizaron apenas 3708,19 m3 y hasta septiembre del 2020 se han movilizado un total de 61.996,61 m3 de madera rolliza y aserrada de esta especie, datos que revelan un incremento promedio anual del 16.7%. También se aprecia que a partir del 2018 se presenta un incremento acelerado en la movilización y comercialización del producto forestal maderable, confirmando la disminución de tierras productivas de caucho natural, efecto del creciente aprovechamiento y movilización comercial de la madera. (Ver cuadro)

Elaborado por: Damián Guerra
Fuente. Dirección de Gestión de Desarrollo Productivo Forestal. MAG 2020

Reflexión

Es evidente la problemática actual que invade al sector cauchero, y que requiere de atención inmediata, ya que de continuar esta realidad con los bajos precios de mercado, productores desmotivados, disminución de superficies productivas, potencial interés de empresas y comerciantes madereros, y la insuficiente intervención de las instituciones competentes, se está atentando contra la política de desarrollo y producción sostenible, y estaríamos dando paso al fin de la era del caucho natural, aquel importante sector productivo que ha aportado a la economía del Ecuador por casi dos siglos. Los resultados preliminares del estudio ayudan a comprender parte de la realidad que se incrementa en esta actividad económica, y busca despertar el interés de las autoridades y demás actores claves, a que contribuyan a promover estrategias que beneficien a todos los involucrados en esta importante cadena productiva.

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