jueves, 21 noviembre 2024.
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La Captura de las Aves

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La captura de las aves es una operación muy sensible por el riesgo de lastimarlas de forma irreversible, infligiendo severas pérdidas a la empresa por la mortalidad de transporte y el decomiso de las canales y la descalificación de los productos en el matadero. Luego, la operación se merece la máxima atención a fin de asegurar el correcto manejo del ave y, por ende, la integridad de la canal y el resultado económico del negocio.

La captura de las aves exige el ingreso simultáneo al galpón de 12 o más personas, y muchas veces un camión, lo que rompe, bruscamente, la serena rutina de vida de las aves, alborotando y estresando el lote. A fin de mitigar sus efectos sobre las canales, la captura necesita ser bien estructurada y conducida.

El dimensionamiento y la cantidad de equipos de captura deben basarse en la distribución geográfica de las fincas, el método de captura, la cantidad máxima diaria de aves por equipo y el tiempo asignado a cada carga viva. Cuidar a su bien estar, proveyéndoles un transporte seguro, comida, agua, uniformes y equipos de protección individual; tratarlos con dignidad y respeto; capacitarlos previamente, y supervisarlos de cerca, son prerrequisitos fundamentales, pero frecuentemente olvidados, para asegurar el correcto manejo del ave y ejecución del trabajo.

Los métodos de captura – individual, de las patas o por el cuello – impactan de distintas maneras la integridad de la canal. Luego, basada en sus criterios, la empresa debe elegir el que más protege el ave. La captura debe ser ejecutada sin algazara para no asustar las aves.

Cuando realizada de noche, se puede usar iluminación parcial u oscuridad total.

El perímetro alrededor de los galpones debe permitir el libre movimiento y fácil posicionamiento de los camiones de forma a facilitar la logística de carga. En función al método de captura, las jaulas o son bajadas del camión y esparcidas por el galpón o más bien permanecen sobre el camión. El impacto sobre la calidad de canal, la exigencia física del personal y la logística de carga difieren para cada caso y, luego, no pueden ser olvidadas al planificarse el trabajo.

A la captura y pre-transporte se les atribuye un 40% de la mortalidad de transporte. Luego, es clave cuidar el confort térmico de las aves, que va mucho de la mano con la hora de la captura, el tipo de galpón, preparación de la parvada, peso vivo, numero de aves por jaula, tipo de carrozaría y protección ofrecida por el camión a las aves.

El tiempo de carga asignado a cada camión debe ser respetado; las consecuencias pueden ser dañinas para la calidad de canal si él se acorta, o para la faena si él se alarga. Antes de irse el camión, sujetar bien las jaulas si la carga es abierta, o encerrar y precintar las puertas si es encerrada. No olvidarse de llenar los documentos exigidos por las autoridades y la empresa, a fin de permitir, respectivamente, el libre tránsito de la carga entre la granja y la planta y el posterior monitoreo del proceso de captura.

Autor/es: Fabio G. Nunes, Ing. Químico, Consultor en Procesamiento Avícola.

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La captura de las aves es una operación muy sensible por el riesgo de lastimarlas de forma irreversible, infligiendo severas pérdidas a la empresa por la mortalidad de transporte y el decomiso de las canales y la descalificación de los productos en el matadero. Luego, la operación se merece la máxima atención a fin de asegurar el correcto manejo del ave y, por ende, la integridad de la canal y el resultado económico del negocio. La captura de las aves exige el ingreso simultáneo al galpón de 12 o más personas, y muchas veces un camión, lo que rompe, bruscamente, la serena rutina de vida de las aves, alborotando y estresando el lote. A fin de mitigar sus efectos sobre las canales, la captura necesita ser bien estructurada y conducida. El dimensionamiento y la cantidad de equipos de captura deben basarse en la distribución geográfica de las fincas, el método de captura, la cantidad máxima diaria de aves por equipo y el tiempo asignado a cada carga viva. Cuidar a su bien estar, proveyéndoles un transporte seguro, comida, agua, uniformes y equipos de protección individual; tratarlos con dignidad y respeto; capacitarlos previamente, y supervisarlos de cerca, son prerrequisitos fundamentales, pero frecuentemente olvidados, para asegurar el correcto manejo del ave y ejecución del trabajo. Los métodos de captura - individual, de las patas o por el cuello - impactan de distintas maneras la integridad de la canal. Luego, basada en sus criterios, la empresa debe elegir el que más protege el ave. La captura debe ser ejecutada sin algazara para no asustar las aves. Cuando realizada de noche, se puede usar iluminación parcial u oscuridad total. El perímetro alrededor de los galpones debe permitir el libre movimiento y fácil posicionamiento de los camiones de forma a facilitar la logística de carga. En función al método de captura, las jaulas o son bajadas del camión y esparcidas por el galpón o más bien permanecen sobre el camión. El impacto sobre la calidad de canal, la exigencia física del personal y la logística de carga difieren para cada caso y, luego, no pueden ser olvidadas al planificarse el trabajo. A la captura y pre-transporte se les atribuye un 40% de la mortalidad de transporte. Luego, es clave cuidar el confort térmico de las aves, que va mucho de la mano con la hora de la captura, el tipo de galpón, preparación de la parvada, peso vivo, numero de aves por jaula, tipo de carrozaría y protección ofrecida por el camión a las aves. El tiempo de carga asignado a cada camión debe ser respetado; las consecuencias pueden ser dañinas para la calidad de canal si él se acorta, o para la faena si él se alarga. Antes de irse el camión, sujetar bien las jaulas si la carga es abierta, o encerrar y precintar las puertas si es encerrada. No olvidarse de llenar los documentos exigidos por las autoridades y la empresa, a fin de permitir, respectivamente, el libre tránsito de la carga entre la granja y la planta y el posterior monitoreo del proceso de captura. Autor/es: Fabio G. Nunes, Ing. Químico, Consultor en Procesamiento Avícola.