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INIA introdujo las brásicas forrajeras (BF) en Aysén durante la primera década de este siglo, para su uso en sistemas de producción bovina y ovina. Dentro de las BF, el nabo forrajero es una especie con alta resistencia al clima frío, de alta producción y calidad y de bajo costo gracias a su uso bajo pastoreo, transformándose en un forraje estratégico, principalmente para la alimentación invernal bovina. Esta especie es altamente dependiente de la disponibilidad de nitrógeno (N) en el suelo (Smith y Collins, 2003), siendo este elemento el input de producción más importante (Keogh et al., 2011). Se desconoce la respuesta a aplicaciones tardías de N en Aysén, para potenciar la acumulación de biomasa para consumo de otoño-invierno. El objetivo de este trabajo fue determinar la respuesta sobre la producción y calidad bromatológica de un cultivo de nabo forrajero, a la aplicación creciente de N a finales de verano.
MATERIALES Y MÉTODOS
El ensayo se estableció en el Predio La Calandria, ubicado en el sector de Río Claro, de la Comuna de Coyhaique (45°36’30″S,72°07’10″O y 287 m s.n.m), en la Zona Intermedia de la región de Aysén. En este predio se estableció un cultivo comercial de nabo forrajero (cv. Green Globe) mediante el sistema de cero labranza. La pradera mixta existente fue eliminada utilizando glifosato (3 L ha-1). La siembra se realizó el 12-11-2019 con una máquina regeneradora Aitchison de zapatas, usando 2,5 kg semilla ha-1 y una fertilización de 200 kg ha-1 de mezcla NPS (8-24-24). Sobre este cultivo comercial se establecieron las micro-parcelas de 1,5 x 1,5 m (2,25m²), para evaluar la fertilización nitrogenada a fines de verano y su efecto sobre el crecimiento otoñal y acumulación de biomasa de los nabos forrajeros. Se evaluaron tres dosis crecientes de nitrógeno (N), 33, 66 y 99 kg N ha-1, más un control sin aplicación de nitrógeno. Como fuente de nitrógeno se utilizó Nitram (27 % N, con 50 % N amoniacal y 50 % de N nítrico), el cual fue aplicado al voleo sobre las parcelas el 6-2-2020. Se realizaron dos evaluaciones durante el ensayo, el 13-03-2020 y 11-05- 2020 (121 y 183 días posterior a la siembra o 35 y 94 días posterior a la fertilización nitrogenada, respectivamente). El diseño del ensayo fue de bloques completos al azar con tres repeticiones y cuatro tratamientos. La evaluación se realizó a través de cosecha total de la muestra (hojas + raíces), de una superficie de 1,125 m². Las muestras fueron cosechadas y enviadas al laboratorio de INIA Tamel Aike, para determinación de materia seca. Las muestras secas y molidas fueron enviadas al Laboratorio de Bromatología de INIA Remehue (Osorno), donde se determinó calidad a través de química húmeda. Los resultados fueron analizados mediante ANOVA y las diferencias entre medias se determinó a través de Tukey, utilizando el programa estadístico Statgraphics.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El cultivo de nabo forrajero posterior a la fertilización y antes de las fechas de evaluación, recibió 56,2 y 184 mm de precipitación hasta la primera fecha y segunda fecha de evaluación, respectivamente. De ese total de precipitación, 2 y 9 eventos correspondieron a lluvias superiores a 5 mm, las que podrían ser catalogadas como efectivas. Es decir, este verano del 2020 se puede considerar como de adecuada pluviometría, no habiendo sido la provisión de agua en el suelo una restricción para el crecimiento y desarrollo del cultivo.
En el cuadro 1 se presentan los resultados de producción en kg MS ha-1 de hojas, raíces y total (hojas+raíces), en las dos fechas de evaluación. A los 35 y 94 días post fertilización (evaluación de marzo y mayo, respectivamente), no se observaron diferencias estadísticas entre las dosis crecientes de N y el testigo sin fertilización de N, aun cuando se observan tendencias al incremento de biomasa, a medida que se van aumentando las dosis de nitrógeno. Lo anterior se puede explicar por las amplias diferencias entre las medias de las tres repeticiones, para cada tratamiento. Esto fue dado principalmente por las diferencias en los números de plantas en las micro-parcelas evaluadas, parámetro que no fue corregido a inicios del ensayo, pero que si mostró diferencias significativas entre los tratamientos (p< 0.01). La proporción de raíces se incrementa y por ende la proporción de hojas decrece, a medida que aumenta el tiempo de cultivo. La fertilización creciente de N influyó en la proporción de hojas vs raíces, lo que se evidenció en la primera fecha de evaluación (Cuadro 1).
Cuadro 1. Rendimiento de materia seca (kg MS ha-1 ) de un cultivo de nabo forrajero (cv. Green Globe), sometido a dosis crecientes de fertilización de N.
Al analizar el impacto sobre la calidad bromatológica (valores no presentados), se pudo observar una tendencia a incrementar el % de PC en las hojas, con el aumento de las dosis de N, pero sin diferencia estadística. La EM disminuyo estadísticamente en las hojas desde 2,86 a 2,71 Mcal kg MS-1 , con 0 vs 99N, respectivamente. Los parámetros bromatológicos en las raíces no fueron afectados por los tratamientos.
CONCLUSIONES
La aplicación tardía de dosis crecientes de N en verano, en un cultivo de nabo forrajero de Aysén, no estimuló un crecimiento significativo, ni acumulación de biomasa, ni mejoramiento de la calidad bromatológica del cultivo.

Autor/es: Osvaldo Teuber W.1, José Daza C1. y Andrés Naguil T2.1Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Tamel Aike.Camino Coyhaique Alto km 4.5, Coyhaique, Chile. 2Instituto de Desarrollo Agropecuario, Cochrane, Región de Aysén.

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