Foto internet / Por: Marlene Bernal

Pero ¿cómo diferenciar el Moko del Fusarium?

En momentos en que el panorama bananero y platanero está fijado en tratar de evitar la entrada del Fusarium Raza 4 al país, el Moko está haciendo su entrada silenciosa sin que los productores aun puedan identificarlo para cuidar sus plantaciones.

Según información solicitada por este medio a la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario, Agrocalidad, pudimos conocer que en el 2021 se reportaron 84 brotes y en el 2022 se han reportado 35 brotes.

La información destaca que durante el 2021 se detectaron brotes de la plaga en 11 provincias: Bolívar, Cotopaxi, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Pastaza, Santo Domingo y Sucumbíos y en el 2022, se tiene el reporte e implementación del plan de acción en 9 provincias: Bolívar, Cotopaxi, El Oro, Esmeraldas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Pastaza y Santo Domingo.

Con esta información, indica Agrocalidad  que  en base a lo determinado en la Resolución N°11 del 2016 el “Plan de acción para el control de Ralstonia Solanacearum Raza 2”, se denomina brote al hallazgo confirmado de síntomas de la plaga en plantas de banano o plátano, sobre el que se aplica el procedimiento establecido que comprende el aislamiento de la planta afectada y la eliminación de las plantas presentes en 5 metros a la redonda con aplicación de glifosato (zona roja), lo que involucra aproximadamente 7 plantas para plátano y 11 plantas para banano.

¿PERO CÓMO DIFERENCIAR EL MOKO DEL FUSARIUM? Es la pregunta que se hacen muchos productores para estar seguros que el Fusarium no está en el país, que podría ser mucho más catastrófico que el Moko.

El fitopatólogo Danilo Vera del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias Iniap, explicó a EL PRODUCTOR.COM que el Moko es ocasionado por una bacteria y el Fusarium por un hongo, donde hay varios síntomas que son similares, “ambos patógenos son eficientes a nivel del suelo y pueden permanecer buen tiempo en la tierra.  Ambas enfermedades producen marchites, inicia clorosis en la planta y luego se ve que las hojas se empiezan a marchitar y caer hacia abajo, este síntoma se da porque ambos problemas empiezan a afectar a la planta de manera vascular y todo su sistema circulatorio lo invade, entonces existe obstrucción del sistema circulatorio y las plantas empiezan a morirse por inanición, falta de absorción de agua y nutrientes” explicó el profesional.

La diferencia recalca Vera, es que en el Moko produce en cantidades una sustancia gelatinosa en la planta y al hacer un corte hay un exsudado pegachento que se ve principalmente al cortar el pseudotallo, pero este síntoma solo se observa cuando está muy avanzado el problema, recalcó.

“La mejor manera de apreciar que es Moko es al observar la hoja bandera o la primera hoja que se torna amarillenta, mientras que en Fusarium por lo general es la segunda o tercera o cuarta hoja” anotó.

Otro detalle, indicó, es que cuando se realiza el corte en el tallo se ven dos puntos que se conocen como anillos, cuando son redondos es un síntoma muy claro de que se trata de Moko, en el Fusarium es más irregular este síntoma.

De igual manera, destacó, cuando hay un corte transversal a nivel del pseudotallo, se van a ver bastantes puntos negruzcos y filamentosos finos, en Fusarium los puntos son más gruesos y más irregulares.

Otro detalle importante, prosigue, que nos permite determinar que es Moko es en el racimo, en Fusarium aún no se ha determinado que haya presencia a nivel de racimo, en el Moko sí, hay maduración irregular de los dedos, pero también puede ser confundido con otras enfermedades, pero si al abrirlo hay un exsudado nos ratifica que es Moko. “Cuando se corta el raquis también se van a ver muchos punticos negros lo que nos indica que es Moko, en Fusarium no se ven esos síntomas” dijo.

El especialista recordó a los productores, que el Moko puede ser controlado en la etapa inicial de desarrollo, “el problema es que como es una enfermedad vascular, el síntoma se va a ver cuándo la planta está completamente afectada y ya está destinada a morir y esa es la razón por la que hay tener cuidado con estas dos enfermedades por que matan la planta, en el caso de sigatoka no la mata, ella enferma las hojas, pero la planta sobrevive y con tratamientos se puede recuperar” argumentó.

Indicó que en el caso del Moko se han hecho estudios  pero no se ha logrado recuperación, por lo que lo más recomendable es proceder a la eliminación de la planta inmediata, tomando ciertas medidas porque la base es eliminar la presencia del inóculo y tener cuidado de que no vaya al suelo ya que produce cientos de miles de unidades formadoras de colonias,  en una planta hospedera  van al suelo y de ahí se puede trasmitir a diversas áreas o partes, es una bacteria muy eficiente de trasmitirse a nivel de las lluvias”, acotó

Advirtió que una vez que se identifica una planta con Moko es importante notificar a un técnico o Agrocalidad para que ellos vayan al lugar, identifiquen tomen una muestra y confirmen si se trata de la enfermedad donde se va a hacer un cerco epidemiológico para evitar que se propague.

Dijo que por lo general lo que hace el agricultor es cortar la planta y al hacerlo está provocando que el exudado que está dentro de la planta se exponga y caiga al suelo, dejando también las herramientas expuestas, “cuando se hace un corte los exudados quedan expuestos y llegan insectos que en sus patas van a llevar la enfermedad a otro lado, propagándola” expresó.

Explicó que cuando se llama a un técnico de Agrocalidad ellos inyectan la planta con un herbicida para que se acelere el proceso de muerte por que la bacteria necesita tejido vivo para vivir, al acelerar el proceso de muerte de la planta, la bacteria no tendrá como reproducirse.  “Una vez que la planta se ha secado se procede a cortarla y colocar una funda plástica para desinfectar esa área y luego hacer un área de aislamiento para eliminar todo lo que está ahí y eso hará que la bacteria muera por inanición porque no tendrá como alimentarse y eso hará que se evite que llegue a las plantas vecinas.

Finalmente recordó a los productores que el Moko tiene varios hospederos alternativos y se conoce que algunos tipos de malezas pueden ser hospederos de la enfermedad sin presentar síntomas. “lo correcto es que cuando se encuentra un área foco esa área se tiene que dejar totalmente desnuda, donde hay que tomar medidas estrictas evitando que haya malezas y se espera que alrededor de 6 meses o un año no se debe plantar musáceas en esa zona” recalcó.

Dentro de las medidas que recomienda Agrocalidad están:

Revisar permanentemente el cultivo para detectar oportunamente la presencia de la plaga y emitir un aviso fitosanitario a la Agencia.
Implementar el plan de acción de la Agencia para el control de Moko.
Implementar las medidas de bioseguridad en su lugar de producción, por ejemplo: Restringir el ingreso de personas no indispensables al cultivo; limpieza y desinfección de calzado, herramientas, maquinaria, vehículos (Resolución 110).
Participar en las capacitaciones que la Agencia realiza.
Coordinar eventos de capacitación en la finca.
En brotes de la plaga evitar el ingreso de animales (gallinas, cerdos, perros, etc.)
Evitar causar heridas en las plantas.
No extraer plantas afectadas ni los saques de la plantación.
No arrojar plantas afectadas a canales de drenajes o ríos.
Realizar el trampeo para control de insectos vectores como el picudo.

Fuente: El Productor / www.elproductor.com

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