Los informes sobre la situación del mercado del ajo de todo el mundo muestran un panorama variado para esta popular y sabrosa hortaliza. La temporada de cultivo seca y cálida en Europa ha dado como resultado una menor oferta de calibres grandes en muchos mercados, así como una caída de los volúmenes de países productores como Francia, Italia y España, aunque se informa de que, a pesar de ello, el tiempo seco ha mejorado la calidad del ajo.

El aumento de los costes de cultivo y transporte también ha ejercido presión en el mercado para muchos, y España y Sudáfrica, en particular, han visto afectada su competitividad, mientras que otros mercados se están beneficiando de ello. También se ha observado un aumento de los costes de almacenamiento en frío de la cosecha, ya que el rápido aumento del coste de la energía ha afectado al coste de almacenamiento del ajo, un problema que se ha visto agravado por el hecho de que la cosecha se adelantó en muchos lugares debido al calor. En Norteamérica, se teme cada vez más que los problemas logísticos puedan afectar a la temporada.

El aumento de los costes fletes perjudica la competitividad del ajo español en los mercados
El sector del ajo español se enfrenta a grandes dificultades en esta campaña. La cosecha finalizó a finales de julio. Ha habido ciertos problemas de calidad en los ajos más tempranos como consecuencia de la sequía y de las altas temperaturas a partir de mayo. La pérdida de calidad no es sustancial, pero se aprecia en la sequedad de la piel externa. En cuanto al ajo morado, se ha producido una importante reducción de calibres debido a que las altas temperaturas, sobre todo nocturnas, han acelerado el cierre del ciclo del ajo y su proceso de secado en los últimos meses. Por otro lado, como no ha llovido, las altas temperaturas han secado muy bien el producto de forma natural y han permitido que tenga muy buena calidad, a pesar de la reducción de los calibres.

En el mercado nacional, la demanda está muy calmada. Las producciones no son tan altas como se esperaba, y a nivel internacional los exportadores españoles no son capaces de ofrecer su producto a un precio competitivo, ya que los costes de los fletes se han disparado tanto que son casi inasequibles para los operadores de los países de destino. Por lo tanto, España que es el principal país europeo productor de ajo, está perdiendo competitividad a nivel internacional, teniendo en cuenta que habitualmente más del 70% de la producción española se exporta a unos 57 países diferentes.

En estos momentos, países como Marruecos o Egipto están aprovechando esta situación en mercados donde España tenía negocio, ya que pueden ofrecer sus ajos a un precio más bajo gracias a sus mucho menores costes de producción. Solo los gastos salariales equivalen a una octava o incluso una novena parte, en el mejor de los casos, de los españoles. Al mismo tiempo, China está enviando este año unos volúmenes enormes a los mercados europeos. Mientras los precios de los fletes de China a Europa bajan, los de España a Estados Unidos, que ha sido el segundo mayor mercado de exportación para España en el segundo trimestre de este año, siguen subiendo. Por ejemplo, mientras que el coste del flete de Quindao a Valencia cuesta unos 5.000 euros, el de Valencia a la Costa Este de Estados Unidos alcanza los 11.000 euros, cuando el año pasado se pagaban unos 5.000 euros.

México: La demanda de ajo mexicano disminuyó en Brasil por el aumento de la producción nacional, pero también por el incremento de las importaciones de otros países
México se ha posicionado como uno de los mayores exportadores de ajo del mundo. En 2020, de acuerdo con las cifras disponibles, fue el séptimo mayor exportador mundial tras enviar más de 15.800 toneladas, subiendo así de la novena posición en la que se encontraba en el periodo 2015-2019.

«México dedica entre 7.000 y 8.000 hectáreas al cultivo de distintas variedades de ajo. Zacatecas es el estado con mayor número de hectáreas en producción, unas 3.500-4.000, seguido de Guanajuato, Baja California, Sonora y Aguascalientes, aunque se cultiva en casi todo el país», explica el director comercial de una empresa mexicana dedicada al cultivo y comercialización de hortalizas cuyo producto estrella es el ajo. «En nuestra empresa, el mercado nacional representa el 70% de nuestras ventas, mientras que el 30% restante se destina a la exportación, con Estados Unidos y Brasil como nuestros principales mercados de destino».

«Concretamente en Brasil, la demanda de ajo mexicano ha disminuido debido al aumento de la producción nacional, pero también por el incremento de las importaciones de ajo de países mediterráneos como Egipto. De hecho, los bajos precios del ajo egipcio han desplazado principalmente al ajo español del mercado brasileño, pero también al mexicano», destaca. «En mi opinión, la calidad del ajo español y mexicano es mejor que la del producto procedente de Egipto, pero a veces los mercados se rigen más por el precio que por criterios de calidad».

«Hace 15/16 años nuestro principal destino de exportación era la Unión Europea, cuando España sembraba 5.000 hectáreas y no las 30.000 que tiene ahora, pero debido al aumento de la producción española, este mercado dejó de ser una opción viable para nosotros».

«Ahora mismo estamos en plena campaña de exportación de ajo fresco a Estados Unidos, con precios que oscilan entre los 25 dólares/caja de 30 libras para los calibres más pequeños y los 40 dólares/caja para los ajos de categoría 1 de tamaño grande», explica el director comercial. «Este es un precio normal para el producto, aunque cabe recordar que durante la pandemia la caja llegó a valer hasta 60 dólares».

Además, hay que tener en cuenta que este año ha estado marcado por una primavera y un verano muy calurosos y con muy pocas lluvias, lo que ha hecho que los ajos maduraran antes de tiempo y que los calibres hayan sido más pequeños de lo normal.

Países Bajos: Más ajo morado que blanco
Según un importador holandés, las cosechas de ajo en todo el mundo presentan un panorama desigual. En algunas ciudades chinas se mantiene el bloqueo y los almacenes están paralizados. Tanto en España como en China, hay más ajo morado disponible que blanco. La calidad del ajo chino ha mejorado mucho en comparación con la de las tres últimas temporadas gracias a las mejores condiciones meteorológicas durante la cosecha. En España, el calor ha provocado algunos daños por el sol. Debido a la guerra en Ucrania y al nuevo sistema de cuotas para el ajo, en el último trimestre de 2021 llegó a la UE mucho ajo procedente de China, por lo que ahora, en septiembre, todavía se puede adquirir mucho ajo de la vieja cosecha, aunque este ya no cumpla los estándares de calidad occidentales.

«La nueva cosecha que llega al mercado a partir de finales de junio se está abriendo camino en la UE, pero se ha estado enviando y ha llegado una cantidad considerablemente menor debido a la situación de la cosecha vieja en los almacenes frigoríficos, debido a lo cual ha habido menos espacio para la nueva cosecha en los almacenes frigoríficos especializados». Dado el aumento de los costes provocado por el tipo de cambio, los elevados fletes marítimos y otros costes, el importador afirma que el precio del ajo tendrá que subir si se quiere que esta temporada tenga un resultado positivo para todos los implicados en el comercio del ajo.

Alemania: Escasez de calibres grandes
El tiempo durante la pasada temporada de cultivo en España fue demasiado lluvioso al principio y demasiado caluroso al final. Esto provocó que los calibres fueran más pequeños y se redujera el volumen total, según un importador. «El suministro de calibres medios 50-60 para las mallas de 300 g está garantizado, pero el producto de gran calibre (60-70-80-90) para los mercados mayoristas es más difícil de conseguir. Además, tampoco hay una alternativa razonable en este segmento».

Mientras tanto, la temporada de comercialización francesa también está en pleno apogeo. «Las variedades Spring se imponen cada vez más al ajo blanco porque son más productivas y resistentes». En el caso del ajo procedente de China, hay siempre cantidades suficientes disponibles y las ventas se mantienen constantes, «pero el abastecimiento sigue siendo un reto, ya que el coste de los fletes se ha llegado a cuadruplicar o quintuplicar».

Francia: La temporada se ha acortado
Este año, el ajo ha tenido una temporada bastante difícil. Aunque la cosecha de 2022 se inició con buenas condiciones a principios de junio, con 8 o 10 días de adelanto respecto al calendario previsto, la aparición de la enfermedad de la parálisis cerosa tuvo su impacto en el producto. En el caso del ajo morado, los rendimientos son bastante inferiores debido a una primavera muy seca y a un riego insuficiente en algunas parcelas, lo cual ha repercutido en los calibres (medianos y pequeños) y provocado una falta de coloración. En el ajo blanco, la cosecha se inició con muy buenas condiciones meteorológicas, y lo mismo puede decirse del secado. Se observó un aumento de la superficie y los rendimientos se vieron afectados en las parcelas con poco o ningún riego. En cuanto al ajo rosado, más afectado por la sequía que los demás, se prevé una importante disminución de los volúmenes, en torno al 50% y hasta el 80% en las parcelas sin riego. Una situación que llevó a los productores de ajo a organizar hace dos semanas una reunión de crisis con dos mediadores y dos senadores. En el mercado, el producto se vende con facilidad, pero la campaña será más corta debido a la falta de volumen.

En cuanto a la gama ecológica, desde hace dos años se observa un aumento de las superficies de producción. La oferta de ajo ecológico de buena calidad se dirige a los puntos de venta. Ya hay ajo blanco, morado, rosa, convencional y ecológico disponible para abastecer a todos los canales de distribución.

Italia: La sequía hace disminuir el tamaño y el volumen, pero mejora la calidad
En el norte de Italia, la producción de ajo en 2022 se ha visto afectada por la sequía, por lo que los rendimientos están disminuyendo. El presidente de una de las principales cooperativas afirma que en las últimas semanas los precios del producto sin transformar han sido muy bajos, incluso por debajo de los costes de producción. Desde mediados de septiembre, sin embargo, las cosas han mejorado mucho, con un aumento de los precios de al menos un 15%. «El ajo envasado y procesado se paga a 4-6 euros/kg en las instalaciones de manipulación. La calidad es muy buena. Por un lado, la sequía ha reducido los rendimientos; por otro, ha mejorado la calidad. Pero ahora se avecinan meses muy difíciles, ya que el ajo debe almacenarse a bajas temperaturas y los costes energéticos son muy elevados».

Un comerciante del sur de Italia también habla de leves tentativas de recuperación en el mercado del ajo, pero dice que habrá que esperar hasta finales de octubre para tener una perspectiva más clara. «De momento, se valora más la calidad. Por tanto, parece que los precios están subiendo, pero en la práctica hay que tener en cuenta los mayores costes de mano de obra y de gestión de residuos. También hay un mayor interés en los calibres grandes, que escasean».

La temporada de cosecha del ajo siciliano terminó a finales de junio. «Hasta el año pasado, los precios eran comparables a los de años anteriores, pero este año los productores se han visto obligados a subirlos debido a las disparatadas subidas de los precios del combustible, los fertilizantes, la electricidad, etc. Además, el exceso de lluvias durante la fase de presiembra, el pasado otoño/invierno, impidió a los productores preparar la tierra de forma óptima», explica un productor siciliano. «Tuvimos que encajar tres golpes como mínimo: el aumento de los costes generales, una campaña no ideal, con un 40% menos de calibre, y un 30-40% menos de producción en la superficie total».

Según las últimas cifras, en el período de 12 meses que concluyó en julio de 2022, casi 13,5 millones de hogares (52%) compraron ajo. Esta cifra es ligeramente inferior a la de los últimos periodos. Solo a principios de 2022 se contabilizaron 14 millones. Para este producto, el factor ecológico no es decisivo. El ajo ecológico no llega ni a dos millones de hogares del total de 13,5.

Sudáfrica: Los productores locales de ajo luchan por competir con las importaciones
El precio medio del ajo en el mercado sudafricano es actualmente de 51,77 rands (2,95 euros) por kg. La mayor parte del ajo se importa, principalmente de China, destinándose este sobre todo para su venta en el sector minorista. También se importa ajo de España, India, Argentina y Malasia. La proporción de las importaciones de ajo egipcio se ha reducido en los últimos años.

A los productores locales de ajo les resulta difícil competir con las importaciones, a pesar de los aranceles. Se está intentando cerrar la brecha con el aumento de la producción local, implementando nuevas genéticas. La nueva temporada del ajo ha arrancado en la provincia de Limpopo. La producción se trasladará al Karoo hasta marzo. Junio, julio y agosto son los meses en los que el ajo de producción nacional no está en temporada.

China: El volumen de las exportaciones sigue disminuyendo, aunque la calidad, en general, mejora
En China, el volumen de las exportaciones de ajo en agosto alcanzó el registro más bajo desde 2016.

En septiembre, las exportaciones de ajo chino se vieron afectadas por problemas en la cosecha en la región productora debido a una carencia de mano de obra.

Por tanto, algunas regiones probablemente reducirán su volumen de exportación. Al igual que en años anteriores, el rendimiento de las exportaciones comienza a debilitarse en septiembre, y la demanda volverá a aumentar en noviembre.

En cuanto a la calidad, China dispone de más ajo morado que blanco. Hizo mejor tiempo durante la cosecha, por lo que la calidad general del ajo ha sido mucho mejor que en las tres últimas temporadas.

Dada la situación actual, el volumen global de exportación en septiembre será inferior al de agosto, y los pedidos que reciben las empresas de envasado disminuirán. Se espera que la exportación siga disminuyendo en la última semana de septiembre.

Norteamérica: Se teme que los problemas logísticos afecten a la temporada del ajo
Según un cargador de Pensilvania, a pesar de que Estados Unidos es un importante productor de ajo, sigue dependiendo bastante de las importaciones. «Como la mayor parte del ajo estadounidense se cultiva en California, desde el punto de vista de los costes tiene más sentido para nosotros importar de España», afirma. «Es más barato traer un contenedor de ajo de España que transportar ajo por camión desde California». La empresa también importa desde México, Argentina y China.

La temporada mexicana acaba de terminar, y España es ahora el principal proveedor de este cargador. «Hemos sufrido algunas interrupciones breves en la cadena de suministro», dice. «A veces, un contenedor no llega en el plazo previsto y a la semana siguiente, recibimos el doble de suministro». China, el mayor productor mundial de ajo, ha tenido que hacer frente recientemente a cierres de puertos y confinamientos en ciudades debido a la COVID. Esto repercute en la capacidad de exportación del país, pero también en su mercado interno, ya que los camiones no pueden pasar por determinadas zonas. «Tienen un gran mercado interno de ajo y jengibre, pero, debido a las restricciones por la COVID, sus ventas internas se han visto afectadas».

Como resultado, hay un exceso de oferta de ajo y jengibre en China. «Seguiremos trayendo ajo del país. Los costes habían subido mucho, pero los fletes marítimos desde Asia están empezando a bajar», afirma.

En cuanto a la logística, la semana pasada se evitó una huelga ferroviaria en el último momento, ya que la administración del presidente Joe Biden alcanzó un acuerdo provisional. Sin embargo, el cargador tiene otras preocupaciones en ciernes, a saber, las huelgas pendientes del personal de seguridad del Puerto de Long Beach (POLB). Además, el contrato de 22.000 estibadores de la costa oeste expiró el 31 de julio. Todos tienen el mismo sindicato y la frustración va en aumento.

Alrededor del 40% de la carga de Estados Unidos se desplaza por ferrocarril y una interrupción en el sistema ferroviario ejercería más presión sobre un sistema de camiones que ya se encuentra bajo presión. Una huelga en el POLB tendría un impacto directo en la industria del ajo, ya que alrededor del 50% del ajo importado pasa por el POLB.

De cara al futuro, una vez que termine la temporada de ajo en España, el cargador comenzará a trabajar con Argentina en enero. «Esperemos que la transición se realice sin contratiempos. Importar de tantas fuentes diferentes es algo que nos diferencia de los demás, y esto es algo que seguiremos haciendo, a pesar de los desafíos».

Por su parte, un productor-cargador de California dice que los rendimientos de la cosecha de ajo 2022-2023 de California son buenos. «Acabamos de terminar de recoger la cosecha de ajo. Aunque los rendimientos han sido buenos, la calidad no ha sido tan buena en algunas zonas, ya que en la parte sur del estado no tuvimos un tiempo lo suficientemente frío. Hubo variaciones en la madurez del ajo y eso perjudicó un poco la calidad», dice.

Dicho esto, el rendimiento global de la cosecha es mejor que el del año pasado. Además, la cosecha de este año se ha retrasado entre 10 días y dos semanas con respecto a su inicio histórico.

Y dada la fuerte demanda prevista, este año los precios del ajo de California van a ser más altos.

Australia: Aumento de la producción de ajo
Aunque Australia no es un gran productor de ajo, registra crecimiento cada año. Según las estadísticas, en el año que finalizó en junio de 2021 se produjeron 3.406 toneladas, lo que supuso un aumento del 16% respecto al año anterior, cuando se registró un aumento del 4% en comparación con 2019. En términos de valor, la industria australiana creció un 36%, hasta los 29,4 millones de dólares, tras el aumento del 12% del año anterior. Las dos variedades dominantes fueron la Turban, que representó el 60% de la producción fresca en Australia, y la Artichoke, que representó el 20% de la producción fresca. Hay bastante potencial para un aumento del consumo, ya que solo el 39% de los hogares australianos compran ajo fresco, y solo el 5% de la producción total de la temporada de 2021 se destinó a la transformación. Australia no exporta ajo fresco, pero sí ha enviado 69 toneladas de ajo procesado. Las importaciones han disminuido coincidiendo con el aumento de la producción local, pero estas siguen constituyendo la mayor parte de las ventas australianas. El año pasado, las importaciones bajaron de 13.564 toneladas a 10.641 toneladas

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