• De acuerdo con cifras del Conafab, México depende en casi 70% del maíz amarillo importado para la alimentación de las especies de producción, por lo que detener estas compras se traduciría en una crisis de abasto de proteína animal; en el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas ven esto como una violación al T-MEC.

Las intenciones del Gobierno Federal de prohibir la importación de maíz amarillo Genéticamente Modificado (GMO), supondría una violación al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), aseguraron en el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Esto de acuerdo con lo establecido en el artículo 3.14 del acuerdo comercial, en el que los países coinciden en la importancia de alentar la innovación en la materia, y facilitar los intercambios de este tipo de productos.

Sin embargo, en diciembre de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, un decreto por el cual las dependencias y entidades deben eliminar gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación de agroquímicos.

Juan Carlos Anaya Castellanos, director general del GCMA, comentó para diario El Economista que el sector pecuario es dependiente de las compras internacionales de maíz GMO para la alimentación de las especies de producción, por lo que las autoridades deben aclarar si estas disposiciones serán aplicables para el grano destinado al consumo de las personas o de los animales.

Detener las importaciones no es viable, aseguraron en el Conafab

Desde el Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (Conafab), advirtieron que dejar de importar dicho insumo podría derivar en una escasez alimentaria, ya que casi 70% de la demanda de esta industria se cubre a través del comercio internacional.

EL DATO: En 2021 la industria de alimento balanceado procesó 17.6 millones de toneladas de maíz amarillo para la generación de este tipo de insumos, casi 12 mt. provinieron del extranjero.

El director general del Conafab, Genaro Bernal, aseguró que esto podría derivar en un suministro reducido de proteína animal, lo que llevaría a adquirir más alimentos desde el extranjero, que tendrían su origen en cerdos, aves y bovinos que al final del día también habrían sido alimentados con granos GMO.

Añadió que con una menor disponibilidad de maíz para la elaboración de alimentos balanceados, también incrementaría la inflación de los precios, acentuando el alza de más de 88% que se ha acumulado desde el año 2020.

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